Alfonso Ussía
La ley del despiste
Está recurrido. Por un mote más o menos bromista y con fundamento en el ayer, una Sala del Tribunal Supremo cuyos componentes no desean incorporarnos a sus círculos de amistades, nos ha condenado al Director de LA RAZÓN, Francisco Marhuenda y a este servidor de ustedes –el responsable del gravísimo delito–, a pagar a Messi 70.000 euros. Curioso despiste. Hace años, el que era alcalde de Puerto Real, un tal Barroso, fue absuelto por el Tribunal Supremo del delito de injurias y calumnias al Rey. Manifestó en público que el Rey era un ladrón y un hijo de puta, así, textualmente. El Supremo estableció que las palabras del alcalde eran perfectamente admisibles en el ámbito y los límites de la libertad de expresión. Un periodista muy gracioso de TV3, el mismo que ha difundido su deseo de comerse los papos del ministro del Interior, no sin antes machacarle la cabeza, simuló en su cadena infame que mataba al Rey y otras personas que no eran de su agrado. El programa se emitió y el periodista gracioso fue absuelto por la Audiencia Nacional. El Fiscal no consideró oportuno recurrir la sentencia. Disparar contra una figura que representa al Rey no es más que una simple travesura. Lo mismo que los tuits de la Montero recordando que lo mejor para un Rey es la guillotina.
Se ha sabido ahora que la ANC planeó hundir la Bolsa con la colaboración de 30.000 militantes. Les salió mal. Aplicado el artículo 155 de la Constitución, la Bolsa subió. Y los de la CUP, han anunciado que recurrirán a la violencia para imponer la República Catalana. El nuevo Fiscal General está acostumbrándose a su alta responsabilidad y hay que concederle un tiempo de respeto. Pero transcurrido ese tiempo, algo tendrá que hacer contra quienes anuncian su propósito de usar la violencia para separar de España a Cataluña. La Rovira –iba a anteponer la cortesía de «señora» y algo me ha impedido hacerlo–, ha expandido la mentira más grave de todo el nauseabundo «Proceso». Que el Gobierno amenazó con encharcar de sangre las calles de las ciudades de Cataluña para impedir la Declaración Unilateral de Independencia. Y la Rovira sigue ahí, falseando y mintiendo, propagando el odio y el embuste. Creo, sinceramente, que la fórmula para conseguir la libertad bajo fianza de los golpistas encarcelados no es la de acatar el 155, sino un acatamiento claro y rotundo a Messi.
Ayer aparecieron en un puente cercano a Vic, un puente sobre una autopista, siete muñecos colgados de los pies a lo Mussolini anunciando lo que harán con los que voten al PP, a CS y al PSC. Coincide la macabra advertencia con el reconocimiento de la CUP de acudir a la violencia. Los encarcelados y los huídos, no lo están por sus ideas y convicciones políticas. Están ahí por culminar un golpe de Estado de gravísimas consecuencias sociales, económicas y cívicas contra Cataluña y el resto de España. Pero la Justicia española juega al despiste, y lo hace muy bien. Si Albiol, Arrimadas o Iceta anunciaran su deseo de recurrir a la violencia, hoy estarían en la cárcel, sin fianza y a la espera de juicio. El terror que siente la Justicia por ser justa, es algo que se escapa a cualquier mentalidad normal, y entiendo por normal a toda mentalidad que supere en capacidad de razonamiento, aunque sea un milímetro, a las de Iglesias, Rufián, Echenique o Colau.
La Justicia no admite una broma sobre Messi y admite la calumnia, la injuria y la amenaza al Rey. Hay que cambiar el contenido y la norma de las sentencias. «En nombre de Messi consideramos que debemos condenar y condenamos»...
Recuerdo a los señores magistrados del Supremo que ya he acatado el 155.
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