Ministerio de Defensa
La ministra cambia el paso
Llegó hace dos meses, en forma de incorporación estrella del Gobierno, y ha dejado claro que su gestión en Defensa irá acompañada de total dedicación. Si alguien pensó que su inicio como ministra iba a ser con pies de plomo, que iba a necesitar margen de adaptación, María Dolores de Cospedal ha demostrado que no. «Viene aprendida de casa», señala uno de sus colaboradores. Apenas tomó posesión quiso dar un espaldarazo a la lucha de la UE contra el tráfico de seres humanos y desembarcó en la base italiana de Sigonella para visitar la fragata española, que participa en esa misión.
El viaje fue la muestra del compromiso con su cargo, al igual que su visita a Irak. Antes de que acabara 2016, dejó otras imágenes con «recorrido» junto al contingente desplegado en Mali. Todo un despliegue de cercanía de la titular de Defensa, que ha dedicado todas las horas a empaparse de sus nuevas responsabilidades. Sobre su mesa se han acumulado informes sobre la estructura ministerial, misiones, acuerdos, convenios, el uso de las bases... Su carácter obstinado y su bien ganada fama de trabajadora tenaz han revivido sus años de dura oposición a la Abogacía del Estado.
Ya ha manifestado su intención de trabajar por un gran pacto de Estado para dotar de recursos a los Ejércitos. Una de las más firmes reglas no escritas de las Fuerzas Armadas con la llegada de un nuevo ministro pasa por proceder a una serie de renovaciones de la cúpula militar que, en esta ocasión, pueden aplazarse. A Cospedal le ha estallado inesperadamente el dictamen del Yak-42. Lejos de ponerse de perfil, ha tomado dos decisiones valientes. Por un lado, recibir a las víctimas. Ha sido todo un acierto: las víctimas han salido «reconfortadas». Por otro, comparecer voluntariamente en el Congreso para informar sobre posibles pasos ante la opinión del Consejo de Estado.
Ni Cospedal ni nadie de los suyos han reprobado en público a Federico Trillo. No es su estilo. Sin embargo, en Defensa se analizó con pesar la intervención del ex ministro en la COPE. Y se vivió con «tensión contenida» el que Trillo se mostrase insensible con los familiares.
El PP perdió dos elecciones después de aquellos hechos, por lo que ya ha pagado la errática gestión del terrible accidente del Yak 42. Pero Cospedal sabe que la oposición encabezada por el PSOE pretendía apuntarse a una campaña política que no desdeñaba la utilización del dolor de las víctimas. Y por ello, además de por justicia con los leales uniformados que nunca debieron perder la vida y sus familias, quiere manejarse con particular humanidad. Ésa es su intención, porque es mucho el sufrimiento acumulado. Y, además, la nueva ministra no desea desaprovechar la oportunidad para mostrar que el PP de hoy quiere romper con las formas lejanas o soberbias de entender el Gobierno. Por si alguien quiere tomar nota para lo que vendrá.
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