Enrique López
La teoría del caos
Hace poco una conocida ONG decía que España es la nación de la OCDE en el que más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis, tan solo por detrás de Chipre y superando hasta en catorce veces a Grecia. Por contra, otra organización nos indicaba que España tiene un índice Gini, uno de los indicadores de referencia para medir la desigualdad y que oscila entre la igualdad total (0) y la desigualdad absoluta (1) de 0,67, un dato similar al de países como Bélgica (0,63) o Italia (0,67) e inferior a las cifras de naciones como Dinamarca (0,89), Suecia (0,81) o Alemania (0,78). La cuestión es cómo se puede decir esto y lo contrario sin que nadie se sonroje, y la segunda pregunta es qué se pretende. España es uno de los países que más gasta en asuntos sociales y que más invierte en política de bienestar social; por contra, tenemos personas dentro y fuera que sostienen todo lo contrario, intentando crear una imagen de país insolidario que no se corresponde con la realidad. Si analizamos lo que está ocurriendo en el mundo, se podría convenir, sin ánimo de engaño, que existiendo como existen muchas desigualdades contra las que hay que luchar e injusticias que hay que erradicar, el momento actual es uno de los mejores de la historia de la humanidad, y por supuesto que puede hacerse mucho más. Ante ello lo que debemos preguntarnos es qué es lo que está ocurriendo de verdad, y estando como estamos ante una buena situación, por supuesto todavía muy lejos de un mundo donde la justicia social sea la prioridad, por qué surgen fuerzas políticas de extrema izquierda y derecha que se están adueñando de los espacios electorales ante el papanatismo de las fuerzas políticas tradicionales. La teoría del caos es la denominación popular de la rama de las matemáticas, la física y otras ciencias como la economía, que trata ciertos tipos de sistemas complejos y sistemas dinámicos muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales; pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicción a largo plazo. Y algo así está ocurriendo en la actualidad existen grupos de intereses desconocidos que ante la imposibilidad de una guerra mundial como las dos primeras, habida cuenta la capacidad de autodestrucción que traería consigo, están muy interesados en provocar caos social que haga que el equilibrio se rompa sobre la base de revueltas sociales, utilizando a inocentes peones que en la creencia de que están sirviendo a un fin superior, como es luchar contra la injusticia social, pueden estar siendo utilizados por un interés que lo único que pretende es crear caos social y provocar una época de desgaste y sufrimiento social con grandes costes humanos y económicos. Esto permitiría llegar a una época de reconstrucción, momento que les será muy favorable, puesto que en el ciclo caos, destrucción y reconstrucción siempre surgen personas que se enriquecen a costa del sufrimiento de los demás. Alguien dijo que el caos es bendito porque es un síntoma de libertad, y que equivocado estaba.
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