Angel del Río
Las cosas diferentes
A la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmona, se la encuentra mejor en Buenos Aires que en Madrid. Si en la capital de España es difícil encontrarla, en la ciudad bonaerense está a la vista de la opinión pública, de los despachos oficiales y de los medios de comunicación, que parecen tener más sencillo acceder a ella que los medios madrileños. Carmena se ha ido a hacer las Américas, aprovechando la relativa calma agosteña del foro; bueno, para ser más exactos, se ha ido a promocionar su libro, «Por qué las cosas pueden ser diferentes». Y podríamos concluir: pueden ser diferentes porque en Buenos Aires hay que hacer las cosas distintas para la promoción literaria, pero sobre todo, política. La alcaldesa de Madrid ya ha mantenido encuentros al más alto nivel, como con la presidenta del país y altos cargos de su Gobierno, así como otras reuniones concertadas, y que aprovechará para «vender» la opción política que gobierna en el Ayuntamiento de Cibeles, y que aquí no acabamos de entender. Dicen que se trata de un viaje privado, ya programado con anterioridad, pero resulta que después de ser elegida alcaldesa, lo privado y lo público en este periplo se dan la mano.
Los alcaldes de Madrid han sido, más o menos, viajeros por el mundo, pero fundamentalmente, para promocionar la imagen de nuestra ciudad fuera de España, salvo contados viajes privados, que desde luego no tuvieron la repercusión mediática que está teniendo éste, y esa repercusión viene dada por lo poco que se prodiga la alcaldesa en su villa y corte y lo mucho que está aprovechando su estancia en la capital argentina para tal fin. Particularmente me llama la atención que Manuela Carmena no haya tenido ningún inconveniente en su agenda privada para desplazarse allende los mares y que le fuera imposible interrumpir sus vacaciones por un día para, como alcaldesa, estar presente en los actos de la fiesta de la Virgen de la Paloma, una de las celebraciones lúdicas más castizas, históricas y arraigadas del calendario popular madrileño. Evidentemente, es una cuestión de prioridad, de voluntad personal, pero eso es difícil de entender por parte de sus ciudadanos. «Por qué las cosas pueden ser diferentes», Carmena las hace diferentes, y casi incomprensibles.
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