Restringido
«Lo catalanisme»
Valentí Almirall, fundador e ideólogo del catalanismo político, consideraba que España estaba formada básicamente por dos comunidades: la catalana (positivista, analítica, pragmática) y la castellana (idealista, noble, conquistadora), y creía que el poder político debía equilibrarse desde un centro anquilosado a una periferia desarrollada, para vertebrar conjuntamente un nuevo Estado español, imitando el concepto «Americanism». En 1885 se presentó al rey Alfonso XII el llamado «Memorial de Greuges», en el que se denunciaban los tratados comerciales que se iban a firmar y las propuestas unificadoras del Código Civil, y en cuya redacción intervino Valentí Almirall. Pero Almirall es sobretodo conocido por la publicación del libro «Lo Catalanisme», que hoy cumple 130 años. Mientras por un lado rompía con el Partido Federal que dirigía Pi y Margall, por otro se erigía como el primer formulador coherente y claro del regionalismo catalán. El catalanismo de Almirall mezclaba dos conceptos ideológicos aparentemente contrapuestos pero complementarios y coadyuvantes, por un lado el fomento del particularismo catalán frente al poder central de Madrid y por otro afirmaba la necesidad de generar un nuevo proyecto hispánico desde Barcelona, y que resumía en uno de sus más celebres párrafos: «El programa del catalanismo en todas las manifestaciones no puede ser más que uno: romper las ligaduras que tienen nuestra región agarrotada y sujeta, sustituirlas por los suaves y dulces lazos que la hermandad hace nacer».
Desgraciadamente el nacionalismo separatista ha usurpado el relato profundamente españolista de Almirall, ha mancillado los símbolos comunes con extrañas estrellas y la perversión ideológica del separatismo ha primado exclusivamente el particularismo, obviando mezquinamente el compromiso hispánico del catalanismo, mezclando el falseamiento de la historia común con la manipulación de la enseñanza escolar a través de una millonaria campaña publicitaria que tejió Jordi Pujol y cuyos herederos han proseguido aplicadamente para conseguir la secesión.
Este próximo verano se cumplirán 80 años del asesinato por parte de los controlados «incontrolados» de la retaguardia republicana del heredero de Almirall, su sobrino Valentí Almirall i Doré, dirigente de la «Lliga Regionalista» y alcalde de la villa de El Papiol. En estos tiempos turbulentos de propaganda separatista, perversión de la memoria histórica, falseamientos y engaños conviene recordar que fueron 253 alcaldes o ex alcaldes catalanes los asesinados por los falsos herederos del catalanismo de Almirall en 1936 y que hoy sus nietos nos empujan hacia una perversa secesión, que en ningún caso proponía Valentí Almirall. En honor a quien formuló el catalanismo rescatemos la memoria de Valentí Almirall, a través de sus palabras pronunciadas en el congreso catalanista de 1880:
«...en resumen, si es vol que parlem més clar, lo catalanisme, per a nosaltres, vol dir ser molt espanyols però no castellans, puix que aquestos sols no formen la nació. Espanya és un conjunt de grans regions amb condicions distintes, i sa grandesa depèn del desarrollo de la vida, del mode de ser i de les tendències de cada una d’elles...».
Ciento treinta años después de poner en marcha el catalanismo hispánico; el discurso rupturista y la mentira dominan el relato en Catalunya empujado por un incipiente estado separatista, mientras los que resistimos en Catalunya nos preguntamos, ¿dónde está el Estado español?
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