César Vidal
«Manca finezza»
Italia y los italianos son responsables de provocarme de vez en cuando vivos sentimientos de admiración. No me refiero –aunque podría hacerlo– a la Historia de Roma, al Renacimiento o a Claudia Cardinale. Fundamentalmente, lo que siempre me acaba deslumbrando es su pragmatismo. Ellos mismos son conscientes de esa superioridad y la han expresado con distintas expresiones como la conocida «manca finezza» (falta sutileza) con la que señalan a otros que no cuentan con la cualidad necesaria para llevar a cabo cualquier empeño como es debido. Lecciones han dado muchas. Crearon el fascismo y han logrado que se les considere un referente de libertad; contaron con el partido comunista más importante e influyente de todo Occidente y lo desarbolaron en un dos por tres en cuanto que se vio que el Muro de Berlín se había caído; la corrupción anegó el sistema y lo transformaron manteniéndolo en pie casi sin que se notara. Ahora, guiados por esa habilidad tan especial, todo parece indicar que se van a embarcar en una reforma constitucional. Tal y como andan la nación y el euro, los signos apuntan a que los italianos, una vez más, actuarán con su sentido común milenario. El sistema regionalista –un modelo de descentralización territorial que perdimos la ocasión de adoptar en 1978 en lugar del más que problemático de las autonomías– lo van a reducir porque no tiene sentido salvo el de entorpecer la acción del Estado y multiplicar el gasto; el Senado posiblemente desaparecerá porque carece de justificación; municipios y otras entidades locales pasarán a la Historia porque carecen de razón salvo la de colocar amigos de los políticos y las mafias locales; el sistema electoral se convertirá en otro de carácter mayoritario que impedirá que partidos minoritarios estén chantajeando continuamente a los gobiernos sucesivos... ¡Ah, bella Italia! En paralelo, en España, estamos empeñados en aumentar las competencias de un Senado inútil, no dejamos de hacer concesiones – no sólo económicas– a un movimiento tan disgregador de la democracia como el nacionalismo catalán y hemos dado barra libre económica a las CCAA en lugar de embridarlas. No me cabe la menor duda de que muchos pensarán que ese es el camino adecuado, pero, personalmente, no lo creo. Cuando Alemania ha reformado su Constitución para recortar poder a unos länder con menos competencias que La Rioja e Italia va a mondar un árbol administrativo mucho menos frondoso que el nuestro, aquí hay quien aboga por reformar la Constitución para alegrar a Mas. Definitivamente, «manca finezza»...
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