Julián Redondo

Más es imposible

Fenómeno: «Persona o animal monstruoso», la descripción no es aplicable a Cristiano Ronaldo ni a Messi, no en ese sentido, por mucho que les llamen monstruos cuando desbordan a uno o varios contrarios, encaran la portería y marcan goles con tanta facilidad y tan seguido que hasta parece sencillo. «Persona sobresaliente en su línea», bien... Sirve. Por ahí van los tiros. Son dos futbolistas excepcionales y sobresalientes en la escala goleadora. No hay parangón. Rompen barreras y añaden dígitos a sus estadísticas como ceros a sus sueldos. «Muy bueno, magnífico, sensacional», la definición coloquial cuadra con ambos y se queda corta: son muy buenos, magníficos, sensacionales, maravillosos, extraordinarios, portentosos, asombrosos e insólitos, como inusual es que en un partido coincidan dos futbolistas de esta categoría, y que se repita el duelo un par de veces al año, por lo menos; todo ello en un campeonato privilegiado por acogerlos a ambos: la Liga. ¡Qué suerte!

Atentos, pues, al miércoles 30 de enero de 2013, que a las nueve de la noche en el Santiago Bernabéu se dan cita los dos goleadores más im-pre-sio-nan-tes del siglo XXI y del consumido siglo XX. Sus números dan fe de ello y las comparaciones, siempre odiosas, les favorecen por encima de los coeficientes de admirados futbolistas de otra época. Las cifras que sustentan esta teoría no son un cuento chino ni una secuela de aquella película que en 1956 rodó José María Elorrieta, «El Fenómeno», interpretada por el inmortal Fernando Fernán Gómez, fabuloso Paulovsky. Ronaldo-Messi, Madrid-Barça, un lujo. Más es imposible.