Bartolomé Beltrán

Mato «digital»

Llegará un día en que los ciudadanos no distinguiremos entre Sanidad pública y Sanidad privada. La cosa transita de tal manera que es posible que si desapareciera la Sanidad privada de un día para otro el cataclismo sanitario español sería inmenso, profundo e irreparable. Pero también es cierto que si no hubiéramos tenido, como tenemos, una Sanidad pública y una estructura sanitaria de calidad no se podría haber generado en la misma proporción una Sanidad privada excelente. También es cierto que en la última década muchos profesionales, tanto de la gestión sanitaria como los especialistas más emblemáticos de grandes hospitales, decidieron dar el paso hacia «la privada» quitándose ese cordón umbilical psicológico de que el sector público les ofrecía seguridad, estabilidad profesional y conexión con el realismo y pluralidad de los pacientes que les dotaban de experiencia en el conocimiento clínico.

Puestas así las cosas, se culminó el proceso con el nacimiento del IDIS, que constituyó la culminación de un trabajo bien hecho del doctor Juan Abarca y el presidente de honor Pedro Luis Cobiella. Ahora hemos asistido a la presentación del «Estudio Resa» en el tercer aniversario del IDIS. La presencia de la ministra Ana Mato ha constatado la semiótica de los hechos. El último documento de sostenibilidad de su Consejo Asesor refleja la necesidad de esos sanitarios que, más que preocuparse de si trabajan en lo público o en lo privado, lo que ejercen es una buena asistencia médica. Y por eso tiene que favorecer la dinámica de la complementación que da el primer paso clínico esencial con la Historia Clínica Digital, que permitirá la interoperabilidad de las historias de los centros no pertenecientes a la red pública. Estamos, si lo cumple, en una nueva era de la atención sanitaria al conjunto de los españoles. Seguro.