Restringido

OT..

La Razón
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Me entero de que los primeros participantes de Operación Triunfo se han reencontrado y que la ocasión está provocando una reacción espectacular. Lo creo. Confieso que no sentí el menor interés por la primera edición de Operación Triunfo. Tiempo para ver concursos televisivos, desde luego, no me sobraba. Sin embargo, no tardé en percatarme de su repercusión al escuchar a mi hija mencionar a Chenoa, a Rosa o a Bisbal como si fuera gente de la familia. Luego fue mi madre señalándome su encandilamiento con aquellos chicos que cantaban tan bien y eran tan guapos. Manu Tenorio, según su criterio, era como una especie de Paul Newman, pero además con buena voz. Sin embargo, cuando capté a fondo la importancia de OT fue al saber, a través de diversas fuentes, que Jordi Pujol odiaba el concurso. Tenía sus razones y no me refiero a que entre ellas estuviera la envidia odiosa que siempre despiertan en los feos y deformes la juventud y la belleza. No. Lo de Pujol iba más allá que lo que podríamos denominar el complejo de Quasimodo. En realidad –y así me lo confirmaron distintas personas– en aquella competición veía una derrota de sus planes de décadas. Eran jóvenes que se esforzaban a diario, que procedían de los cuatro puntos cardinales de España, que competían limpiamente y sin pensar en tratos preferenciales o hechos diferenciales y que, sin proponérselo, constituían el reverso absoluto de la conducta del nacionalismo catalán. A ellos no los iban a separar por imponer una lengua minoritaria ni tampoco los iban a manipular en la mentira y el odio hacia los otros ni los inocularían un mensaje falso y victimista. Por si fuera poco, no pocos catalanes –votantes de Pujol incluidos– estaban entusiasmados con los chicos de OT. Recuerdo, por ejemplo, como en un viaje a Barcelona la persona que me fue a recoger, catalán de pura cepa con el que solía hablar de Josep Plà, me contó que se había comprado los álbumes de todos porque todos eran estupendos.

No he podido dejar de rememorar todo esto ahora porque OT es un espejo de lo que podría ser España y no es gracias a gente como Jordi Pujol. En limpia lid, podrían salir adelante los que tienen talento y unir tras de sí en sana admiración a la inmensa mayoría de los españoles. No es así. Como mucho les espera, sin encuentran empleo, ser esquilmados por Montoro para que el dinero vaya a parar a los Pujoles de turno.