Historia

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Pi i Margall

La Razón
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El proceso separatista de Cataluña está originando la movilización de los catalanes libres de nacionalismo. Asociaciones no independentistas surgen por doquier en el viejo principado, gente de la cultura que se asocia a «CLAC», movimientos sociales transversales en «SCC», fundaciones que promueven visiones antagónicas a las dictadas por los aparatos de propaganda del régimen y «Think tanks» que pretenden revivir el sentimiento de catalanidad hispánica. Hace pocos meses se registró una nueva asociación de periodistas formada por decenas de comunicadores que no se doblegan al pensamiento único. Bajo el nombre de «Associació de periodistes Pi i Margall», y presidida por el incansable Sergio Fidalgo, la asociación quiere rendir homenaje a uno de los políticos que más luchó por reivindicar la unión hispana. Pi i Margall, desde la profunda catalanidad, fue uno de los más preclaros comunicadores y polemistas de España, destacó como propagandista de la revolución democrática y de una nueva idea de transformar España desde una óptica transgresora y federal. Exiliado en Francia en 1866, desarrolló la teoría hispánica del «Pacto Federal», unir en la diversidad entendiendo que federar significa hacer más fuerte y compacta la nación común. Tras la revolución de 1868, volvió a España para hacer política, liderando el «Partido Republicano Federal Democrático» y se enfrentó a las corrientes de izquierdas por apoyar la proclamación de Amadeo I. Con el advenimiento de la Primera República en 1873, se centró en la elaboración de una constitución federal y en la puesta en marcha de sus propuestas económicas, y al mismo tiempo sociales. Nombrado ministro de Gobernación y posteriormente presidente del Gobierno, se enfrentó de manera exitosa a la corrupción municipal y a las mafias electorales caciquiles, abortando el golpe de estado de los radicales que proponían una sublevación por toda España, pero no pudo evitar los levantamientos cantonalistas. Cayó del poder a mediados de julio, y centró sus fuerzas en luchar contra el separatismo, al que hacía culpable de su fracaso político, publicando en 1876 «Las nacionalidades», larga exposición de lo que entendía debía ser la forma correcta de gobernar España desde una óptica federal, descentralizada y alejada de tentativas secesionistas. Pi i Margall fue un hispanista convencido, vertebrador del catalanismo no secesionista y del compromiso rabiosamente español. Intentó de forma más seria que muchos de sus predecesores llevar a cabo la revolución democrática burguesa en España y fue un hombre comprometido con el intento de romper con una sociedad ruralista y desigual, bregando por la modernización del estado y el fin de la corrupción. Fue un catalán que creyó firmemente en la nación política española, sin desligarse nunca de su nación cultural catalana, entendiendo que la una presupone a la otra, y en 1901 fue el presidente de los Juegos Florales de Barcelona.

Uno de sus aventajados discípulos fue el escritor Joaquim Riera i Bertrán, alcalde de Girona y fundador de «l’Associació d’Autors Catalans», proclamado «Mestre en Gai Saber» en 1890, que resumió en el precioso poema «La unitat de la Patria», la idea de la hispanidad de Pi i Margall: «Per amor d’una Patria unida y forta, com arbre centenari qu’esparrama; gegantines arrels entre les penyas¡¡, Espanya es lo arbre y tu tremolas, pensan en llenyaters que abatre intentan».