Poca sanción y gran pena

El fiscal ha solicitado la pena que cree que debe imponerse a Miguel Ángel Flores. Si hacemos un cálculo moral, e incluso social, parece un castigo escaso para el enorme dolor que la «imprudencia» del Madrid Arena ha causado. La Fiscalía ha calificado los hechos como imprudentes, lo que lleva una pena máxima conforme al artículo 142.1 del Código Penal de cuatro años por cada una de las muertes y de seis meses por las lesiones, conforme al artículo 152.1. Parece que la petición de la Fiscalía se queda corta. Pero es que tanto los fallecimientos como las lesiones provienen de una misma imprudencia y la pena no puede sobrepasar conforme al artículo 77 del Código la pena del delito más grave en su mitad superior, y la Fiscalía la aplica en su grado máximo, cuatro años. Sin duda parece que diez meses por cada una de las niñas es casi insultante, pero salvo que se entienda que no fue imprudente y que se asumió desde el principio la posibilidad de causar las muertes no pueden incrementarse las penas, que en este caso podrían convertirse en cinco homicidios y penarse con diez años por cada uno de ellos. A veces el Derecho y la Justicia, en sentido amplio, tristemente no coinciden.