José María Marco

Politikon

Uno de los buenos libros políticos que se publicaron el año pasado fue «La urna rota», del grupo Politikon. Politikon está formado por gente todavía joven, profesores universitarios de política (evitaré el tremendo «politólogo»), algunos en universidades españolas, otros fuera. Los reúne una misma preocupación por su país, por la cosa pública, por las ideas y por los hechos, sobre todo los hechos: datos, números, realidades. Son discutidores y presumen de descarados. En realidad sienten un profundo respeto por la ciencia positiva. Lo suyo no es la intuición, ni siquiera la poética. Lo suyo es ofrecer datos, lo más contrastados y refinados posibles, para que se pueda formar una opinión razonada.

El sábado pasado celebraron en Madrid una reunión abierta a la que acudió un buen número de personas movilizadas, en gran parte, gracias a las redes sociales. Durante más de dos horas se habló de corrupción, de populismo, de desigualdad, de reforma constitucional o de partidos políticos –es decir, de muchos de los temas que ocupan el centro del debate en nuestro país, y también fuera– sin partidismos, sin demagogia, sin que ni siquiera aparecieran explícitas las inclinaciones ideológicas de los miembros del grupo, que las tienen, como es natural.

Fue la demostración, hecha sin pretensiones de ninguna clase, de que, más allá del alboroto propio (y necesario) en democracias como la nuestra, también existe otra forma de abordar el debate, no menos apasionada pero más contenida y respetuosa. Hecha además con altruismo, poniendo a disposición de todos datos y conocimientos que no son sencillos de adquirir ni de elaborar. Si alguien piensa que entre los jóvenes españoles cunde el desinterés por la política, o que sólo resulta atractiva la demagogia, una reunión como ésta y la repercusión que ha tenido Politikon le devolverán a la realidad.