Investigación científica

¿Qué le pasa a mi cuerpo?

La Razón
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El cuerpo humano es una maravilla de la ingeniería, aunque alguien debió de dejarse un tornillo suelto a juzgar por las enfermedades a las que tiene que enfrentarse. Tener una enfermedad o ser un enfermo son conceptos parecidos, si bien tienen impactos muy diferentes en la psicología de la persona: mientras el primero es algo disociado, el segundo es uno mismo (asociado). Desde el ángulo psicosomático, el sistema inmunológico tiene que ver con la valoración de uno por sí mismo. Si la mielina facilita la conducción de los impulsos eléctricos entre las fibras nerviosas, al perderse se producen cicatrices (esclerosis), ¿qué metáfora puede englobar la esclerosis múltiple? Preguntas: «¿Qué obstáculos hay en mi interior? ¿Qué me resta comunicación entre los distintos aspectos de mi ser emocional y espiritual?». Detrás de toda ausencia de salud, hay situaciones no resueltas en las que las emociones juegan un papel decisivo. El ser humano organiza su mundo interior en base a pensamientos que resume en creencias impregnando con ellas cada elemento de su vida y de su yo. Dado que ninguno queremos estar enfermos, para sanar, lo primero es aceptar la enfermedad y dejar de pelearse con ella. La negación de la enfermedad sólo conlleva empeoramiento. El estado del mundo emocional de la persona es fundamental, como lo es creer que uno puede sanar. Nuestro cuerpo es un milagro, el templo del alma, y como tal debemos tratarlo. Antiguamente, el enfermo era tratado holísticamente: cuerpo, mente, emociones, espíritu. Dado que nadie tenemos la agenda de Dios, nadie debería sentenciar con un «eso no tiene cura» o «es crónico». Como PNL, animo a la gente a darle una oportunidad a su cuerpo y a trabajar en pro de un milagro.