Toni Bolaño

Rocky Balboa

La Razón
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Apollo Creed se pavoneaba en los días previos del combate final. Su rival no estaba a la altura. No era adversario para él. La cita era el 1 de enero de 1976. Todas las encuestas le daban vencedor. Su rival sólo tenía una posibilidad entre un millón de ganarle. Los más optimistas le auguraban que podría aguantar tres asaltos ante el campeón del mundo. Más allá del tercero, no lo veía nadie, excepto los optimistas entusiastas.

Apollo se tomó el combate a broma. Apenas se entrenó. En los días previos al asalto se lo pasó en grande. Llegó el día del combate y Apollo no daba crédito. Era el campeón y en 15 asaltos no consiguió derribar a su adversario. Todas las encuestas, todos los augurios, fallaron.

Apollo ganó a los puntos porque los jueces no tuvieron el arrojo de dar la victoria a su oponente, todo un desconocido que llegaba a la primera división de los cuadriláteros. El todopoderoso Apollo Creed había dilapidado su prestigio y perdido su gran combate a manos de un aspirante llamado Rocky Balboa.

Les recomiendo encarecidamente a nuestros candidatos que vuelvan a ver la saga de Rocky, porque la historia puede repetirse. Todos se ceban con Pedro Sánchez. Le dan por finiquitado. En un cuadrilátero electoral tan complejo más vale que los Rajoy, Rivera e Iglesias, guarden fuerzas para el día 21. También Sánchez. El PSOE, ciertamente, no está en su mejor momento, pero el PSOE es el PSOE y sus votos serán decisivos el día después. Todos lo dan por muerto, pero harían bien en no vender la piel del oso antes de cazarlo. Incluido el presidente que a ritmo de «consejos doy pero para mí no tengo», tenga que aplicarse la misma medicina que augura a Sánchez el 21-D.

También Pablo Iglesias. El líder bolivariano que quiere conseguir como sea los votos del PSOE mientras ha repudiado los votos de Izquierda Unida. El líder que dónde manda impone y dónde es un espejismo se pliega a las exigencias de otros. De Beiras en Galicia, de Colau en Cataluña o de Oltra en Valencia. Ese líder que no sabe que Andalucía hizo un referéndum por la autonomía y no por la independencia. Ese líder que va de sobrado, maleducado y repipi, cual choni poligonero que eleva sus ocurrencias a categoría de tesis doctoral.

Iglesias todavía no ha ganado nada. Sólo algunos ayuntamientos y de la mano de otros. Fracasó en Andalucía, Cataluña y en todas las autonómicas. Todavía no se ha dado cuenta que sólo gana cuando no es la punta de lanza. Más le valía recordar a Apollo Creed.