Antonio Pelayo

Roma-Moscú

La Razón
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Al ya de por sí importante viaje del Papa a México se le ha añadido a última hora un prólogo que lo hace aún más interesante. Durante una escala «técnica» en el aeropuerto de La Habana, el Papa Francisco mantendrá un amplio coloquio con Kirill I Patriarca de Moscú y de todas las Rusias que visita esos días la isla del Caribe. Han tenido que pasar siglos para que los líderes de ambas iglesias cristianas hayan decidido reunirse fraternalmente y han sido necesarios algunos años para encontrar el terreno «neutro» donde la entrevista pudiera tener lugar. En el inmediato pasado lo intentaron sin éxito el polaco Karol Wojtyla y el alemán Joseph Ratzinger.

Ha tenido que ser el latinoamericano Jorge Mario Bergoglio, con su tenacidad, el que haya sido capaz de romper ese muro secular. Al regreso de su viaje a Estambul en noviembre del 2014 había revelado a los periodistas el mensaje que había enviado a Kirill: «Yo voy donde y cuando tú quieras. Tú me llamas y yo vengo... los dos queremos encontrarnos y seguir adelante».

La trascendencia de este encuentro –que durará dos horas– salta a la vista no tanto por lo que puedan resolver sino porque abre un camino hasta ahora cerrado. Fuentes del patriarcado han insistido en que, en este momento, la prioridad es atajar el genocidio del que en Oriente Medio y en diversos países africanos están siendo víctimas los cristianos en general sin distinción entre católicos, ortodoxos o protestantes. Es el que Francisco ha definido «ecumenismo de la sangre» que se ha llevado por delante miles de vidas inocentes. Pero hay otros muchos temas y problemas en agenda. El Papa espera y desea que el Patriarca, que mantiene con Vladimir Putin excelentes relaciones, le presione para buscar inmediatas soluciones a la crisis siria y, en general, al polvorín de todo Oriente Medio.

Desde otro punto de vista el que Cuba sea el país anfitrión de esta «cumbre» eclesial refuerza la normalización internacional de la que tan necesitado está el régimen de los hermanos Fidel y Raúl Castro.