César Lumbreras

Seny y sentiment (II)

La Razón
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«Tal y como se han puesto las cosas, tenemos que optar entre independencia con expropiaciones a mogollón, o continuar con el modelo actual, en el que Madrit nos roba, pero poniendo a salvo nuestra casa, nuestro negocio, nuestra empresa y el dinero». De esta manera resumía la situación un catalán formado, con posibles y nacionalista moderado, hasta que en los últimos tiempos abrazó el independentismo. La conversación tuvo lugar el miércoles pasado en Barcelona, pocas horas después de que la CUP hubiese dado calabazas al presidente Mas y pocas horas antes de que esta formación política volviese a dar más calabazas, por lo menos de cara a la galería, a Mas. Al final, presionado para que hiciese un resumen más breve y grafico de la situación que él percibía en esos momentos, mi interlocutor soltó la frase lapidaria: «Independencia o seguridad jurídica y económica». Lo sucedido durante estas últimas semanas ha puesto los pelos de punta, no ya a los enemigos de la secesión de Cataluña, sino a un buen número de nacionalistas moderados, que, llevados por el bucle en el que entró Convergencia, se sumaron a las tesis independentistas. Pero, claro, no contaban con que la CUP iba a ser el árbitro de la situación tras las últimas elecciones. Cuando han leído con detalle las propuestas de esta formación, se han echado las manos a la cabeza y han visto peligrar su estatus. Me dijeron que Convergencia ya no existe e insistieron en que, en su opinión, una buena parte de los ciudadanos, sobre todo de las zonas urbanas, están más que hartos de la situación actual y lo único que quieren es que acabe ya este esperpento. Eso mismo es lo que deseamos casi todos, contesté. «No era esto, no era esto» es el lamento de los que ahora, asustados por lo que está pasando, han dejado de lado el «sentiment» para actuar con «seny».