Julián García Candau

Sin los ases

La Selección juega sin Pau Gasol, Ibaka, Navarro y Felipe Reyes. Sin ellos, con claroscuros, está en semifinales. Sin tres de los citados ha perdido potencial bajo los tableros. Sin Navarro no cuenta con sus improvisaciones y geniales «bombas». Son cuatro pérdidas sensibles.

Hoy espera Francia, que cuenta con grandes jugadores y, especialmente, Parker, jugador de la NBA, de quien cabe temer que arrastre a sus compatriotas. Si los franceses llegaron a pensar que España había perdido con Italia interesadamente, es decir, para enfrentarse a Serbia, equipo joven y al que podía vencer más fácilmente, no sería menos fantasioso haber deseado que Eslovenia castigara a Francia. En los cruces no siempre se encuentra al rival más deseado. Francia, ahora, no es el enemigo al que Orenga desearía enfrente.

Contra Francia no será posible repetir lo de Serbia. Es deseable que el juego esté más cercano a este apabullante triunfo que al desencanto de derrotas inesperadas. Hoy cabe esperar que Sergio Rodríguez, cuyas alegrías ya mostraba en el Estudiantes, siembre desconcierto en las filas francesas. Es deseable que Marc se mueva con autoridad en la zona y la dirección de Calderón, como las ingeniosidades de Ricky, lleven orden e imaginación. Rudy y Llull, con sus tiros de tres puntos; Claver, que ha crecido, y el resto del equipo han de hacer posible llegar de nuevo a la final. Si tal sucede no se echará en falta a los ausentes.