Reyes Monforte
Sobreactuar
La exageración es siempre mala consejera. Como chiste o como gracia puede que sea divertida pero para otros asuntos mucho más serios que a la larga nos van a afectar a todos, convendría no sobreactuar como hacen los malos actores. Una cosa es el maltrato, la violencia ejercida sobre un niño que no sólo es denunciable sino que debería ser castigada con dureza, y otra muy distinta , y que no sería bueno confundir ni manipular por marketing partidista, es un cachete en el culo del niño. Ése nos lo han dado a todos y, la verdad, hemos salido mucho mejor que algunos de la nueva hornada. Es cierto que en el pasado existían lamentables episodios de violencia que se vivían en los colegios como el reglazo en la mano o la colleja de un profesor a un alumno, pero afortunadamente han quedado atrás. Lo grave es que ahora sucede a la inversa, los alumnos pegan y de qué manera a los profesores, para vergüenza de todos. Condenar a los padres con penas de prisión o con la retirada de la custodia de sus hijos, no sólo es exagerado sino contraproducente. Quizá sea más importante hacer una ley que proteja a los padres o a los mismos profesores que son maltratados por los niños. No se entienden casos como el de un madre española condenada por asestarle un cachete a su hijo, y que sin embargo tengamos ejemplos sangrantes de menores que matan a otros menores y no huelen una condena ni de lejos, o incluso leyes contra la pornografía infantil que contienen condenas irrisorias. El maltrato al menor es algo demasiado grave para confundirlo con un cachete.
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