Julián Redondo

Talismán Blanco

Dos goles de ventaja, ninguno en contra, es una buena renta para defender una eliminatoria de Copa del Rey incluso en el Santiago Bernabéu. Ni el horrible primer tiempo del Camp Nou arrincona las fundadas esperanzas del Atlético, porque en el segundo espabiló. Si contra el Madrid se repite el 3-1, Simeone, ese entrenador que extramuros rojiblancos lucha contra molinos de viento, disfrutará de un par de partidos para vengarse del estrépito en la Liga. Mas, como él dice, partido a partido.

Primero, el Real Madrid y el incalificable Cristiano Ronaldo, ¡buuuuh! El grito que acongojó a Blatter y dejó estupefacto a Henry, mezcla de la haka de los All Blacks y del cuadro de Edvard Munch, ha dado la vuelta al mundo y a nadie ha dejado indiferente. «Es tonto», «es un guerrero», «es un soberbio», «es un triunfador», «es un maleducado», «pasa de todo»... En 2014, el mejor del mundo, elegido por una amplia mayoría. Y mañana, una amenaza para el Atlético, salvo que en el palco del Bernabéu se siente Alejandro Blanco. El presidente del COE es madridista, muy madridista, y muy amigo de Enrique Cerezo. Suele acudir a los partidos del Atlético cuando su apretada agenda se lo permite; con él en el campo, el Atlético no pierde. Hay estadísticas. Es Blanco el talismán rojiblanco. Pero sucede en esto del fútbol que fetiches, amuletos y mascotas pierden cualidades cuando se oponen a fuerzas de la naturaleza, como Cristiano, o los «Tres Suramericanos», Messi, Neymar y Suárez, un grupo que empieza a situarse en los primeros puestos de las listas de ventas. Claro, que estamos hablando de la Copa del Rey, el torneo del «KO».