Julián García Candau
Tito tenía razón
El mundo del deporte ha sido siempre solidario. Lo fue en ocasiones en que el daño era colectivo, como en los accidentes aéreos de Torino y Manchester United, y lo ha sido en momentos en que la desgracia ha sido individual, como recientemente ocurrió con el sevillista Puerta y el españolista Jarque. El anuncio de la incompatibilidad de Tito Vilanova entre su puesto de entrenador y el tratamiento que para combatir su dolencia ha de seguir, ha sido conmoción que ha aflorado lo mejor del mundo del fútbol.
Todos hemos manifestado preocupación. Tito logró mantener al Barça en la conquista de la Liga y lo hizo en condiciones físicas muy precarias y hasta con contactos telefónicos con Jaume Roura. Tras ser el segundo de Pep Guardiola, quien se llevaba todas las glorias, convenció a dirigentes, aficionados y jugadores del club, de que el relevo no había sido un brindis al sol. Por encima de sus cualidades profesionales, ha ejercido de hombre de paz y solamente en los últimos días ha respondido a la polémica entablada entre el club y Guardiola. La historia de las relaciones entre Pep y Tito ha terminado por decantarse a favor de éste. En el tiempo en que estuvo en Nueva York sometido a tratamiento, Guardiola estaba en la misma ciudad de vacaciones y sólo fue a verle en una ocasión. Ahora, cuando las noticias sobre el enfermo son más preocupantes se entiende justamente que su ex jefe fue poco solidario.
Posdata. Miguel Ángel Jiménez, casi cincuentón, ha plantado cara hasta la última jornada a los mejores del mundo en el Abierto Británico de golf. Gloria al «Pisha».
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