Trump y el Papa

Por fin llegó la noticia: el miércoles 24 de mayo el Presidente de los Estados Unidos de América será recibido en audiencia por el Papa. Para añadir una nota exótica basta considerar la insólita hora del encuentro: las ocho y media de la mañana. A las diez de esa misma mañana Francisco tiene su cita semanal con los fieles en la Plaza de San Pedro.

Desde hace algún tiempo se especulaba sobre esta posibilidad sabiendo que Trump hará su primer viaje a Europa para visitar Bruselas y acudir los días 26 y 27 a la cumbre del C7 que tendrá lugar en Taormina.

Pero Washington tardaba en confirmar la intención presidencial de visitar o no al Pontífice. El 19 de abril el portavoz de la Casa Blanca Bean Spicer anunció que iban a tomar contacto con el Vaticano para organizar el posible encuentro. Su colega vaticano Greg Burke confirmó que la propuesta sería acogida.

Ahora ya es oficial. Y ,en principio, no debería constituir ninguna sorpresa puesto que, salvo Franklin Roosevelt, todos los presidentes norteamericanos que han visitado Italia se han encontrado con los papas reinantes. Barack Obama en más de una ocasión.

Pero lo que añade pimienta a esta cita es la bien conocida divergencia de puntos de vista entre Francisco y Donald sobre algunos temas mayores como son el problema de las migraciones (recuérdense las palabras del Papa a su regreso del viaje a México sobre los que construyen muros y no pueden calificarse como cristianos ) y la actitud respecto a los musulmanes; más en general el apoyo a los sectores más desasistidos de nuestras sociedades a los que la actual administración washingtoniana no parece conceder mucha importancia.

Pero nadie se alarme. El encuentro se desarrollará en términos positivos y no habrá choque de trenes. El papa aplicará la tradicional diplomacia de la Santa Sede que consiste esencialmente en marcar las distancias que considere necesarias y al mismo tiempo subrayar los puntos de convergencia; estos últimos se centran, sobre todo, en lo que concierne al respeto a la vida humana y se opone al aborto.