Un año de grandes retos

La revisión intermedia del Marco Financiero actual, que acaba en 2020, con un probable recorte del dinero destinado a financiar la PAC y los preparativos del Marco Financiero 2021-27, ambos incluidos, serán dos de los retos más importantes del año que acaba de comenzar en la Unión Europea que afectan al sector agrario. De ambos procesos negociadores dependerá la cantidad de dinero que haya para financiar la PAC a corto plazo, es decir, en los años que restan de esta década, y también a medio plazo, durante gran parte de la próxima. Las cosas no pintan bien para el sector agrario comunitario porque durante los últimos años han surgido nuevos problemas, como el de los refugiados, con los que antes no se contaba y para los que se necesita dinero.

La simplificación de la PAC, uno de los objetivos fundamentales del comisario Hogan, y los preparativos de la que se aplicará a partir de 2021, suponiendo que haya tiempo de prepararla, son otros de los retos importantes para este año que acaba de comenzar. La Comisión Europea va a lanzar un debate público sobre esta última cuestión y para el otoño ha anunciado que presentará una Comunicación con sus ideas más importantes; las propuestas concretas no llegarán hasta 2018. En paralelo, en España se abrirá también un proceso de análisis y negociación con el sector y las comunidades autónomas para fijar la posición que defenderán los responsables del Mapama, con Isabel García Tejerina a la cabeza, en Bruselas; el objetivo es que la Comisión «compre» algunas de las tesis españolas antes de preparar sus propuestas de reglamentos.

Otros asuntos a los que se deberá prestar atención en Bruselas son los siguientes: el Brexit, que lo sobrevolará todo; la situación de los mercados, ya que algunos como el de los lácteos siguen en crisis; los preparativos para el final de las cuotas a partir del 1 de octubre de este año; la introducción de mejoras en la cadena alimentaria para reforzar el papel de negociación de los productores frente a la industria y la distribución; las normas sobre etiquetado del origen de las mercancías; la confusión que sigue reinando sobre los transgénicos; la reglamentación sobre agricultura ecológica; la lucha contra el cambio climático; los problemas en sanidad vegetal y animal, que han repuntado, y las negociaciones comerciales con EE UU, Mercosur y otros países también figuran en la agenda. Como se puede comprobar, trabajo no va a faltar.