Restringido

Unidos a la fuerza

La Razón
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Un atentado como el sucedido ayer en Bruselas minimiza automáticamente los devaneos para formar gobierno, y obliga a todas las fuerzas a dejar sus diferencias y a unirse contra el enemigo común. La amenaza patente del terrorismo yihadista, que ha golpeado en el corazón de Europa, a pesar de las precauciones extraordinarias adoptadas por el Gobierno belga, demuestra que todos somos vulnerables. No es extraño que estemos aquí en «Alerta 4». A este reto tiene que enfrentarse el Gobierno en funciones, con el apoyo incondicional del resto de las fuerzas constitucionales. Las primeras noticias indican que así está siendo. La tragedia de Bruselas ha activado los teléfonos de La Moncloa, que permanecían enmudecidos, y ha habido conversaciones con los líderes de la oposición. Lo primero que hizo Rajoy, al conocer la noticia, fue llamar a Sánchez. A la hora de la verdad, los enconos y las diferencias personales no cuentan. Estaría bien que Podemos aprovechara la circunstancia para unirse de una vez a los firmantes del pacto antiterrorista, reactivado ayer inmediatamente, si no quiere quedarse en el margen de la realidad política, ajeno a los verdaderos problemas de la gente y, por tanto, socio poco fiable para participar en el Gobierno o ayudar a formarlo. En un asunto tan serio, nadie puede permanecer de oyente.

Un suceso tan espantoso como éste, que enlaza con una cadena de atentados anteriores en Europa no menos crueles, pone de relieve que la lucha antiterrorista debe ser uno de los puntos clave de cualquier pacto de gobierno. El otro, en nuestro caso, es hoy la defensa de la Constitución y de la unidad de España frente al desafío de los separatistas catalanes. (Por cierto, ¿qué haría una Cataluña independiente e indefensa ante un atentado como el de Bruselas?). Luego, pueden acordarse doscientas o trescientas medidas para mejorar las condiciones de vida de los españoles y fortalecer la libertad y los derechos humanos; pero esos dos puntos, además de la estabilidad económica en tiempo de convulsiones, son los pilares clave de cualquier acuerdo serio con futuro. Lo importante relativiza, pues, todo lo demás, y reduce los tejemanejes para formar gobierno a un pasatiempo inútil y aburrido, algo secundario en este momento.

La consternación del Rey con las noticias de Bruselas está justificada. Los candidatos políticos más activos –Sánchez, Iglesias y Rivera–, que carecen de experiencia de gobierno para enfrentarse a desafíos como éste, harían bien en reflexionar y salir de una vez de su ensimismamiento.