Angel del Río

Universidad a distancia

Universidad a distancia
Universidad a distancialarazon

El ambiente revolucionario a la española de la universidad en la década de los años sesenta y setenta tenía el romanticismo de unos jóvenes idealistas que intentaban socavar los sólidos cimientos del franquismo en busca de la soñada democracia y de las libertades a costa fajarse en mil carreras delante de los grises. Todo, por la conquista de un sueño y desde el cuartel intelectual de la universidad.

Ahora las cosas son distintas. La revolución se hace por horas, por días lectivos de la semana y a golpe de trompeta de los sindicatos y de mensaje de la izquierda, que perdió en las urnas lo que ahora quiere ganar en la calle. Las universidades madrileñas viven días de desafuero, huelgas, movidas, movilizaciones, proclamas y actos vandálicos. Pero no es la revolución por la conquista de las libertades, sino por impedir la pérdida de bienestar y privilegios que no son posibles mantener en tiempos de duros ajustes, tiempos en los que no se puede sostener económicamente un puesto universitario sin garantía de un aprovechamiento adecuado por parte del alumno. Ayer hubo movida en la Politécnica. Se celebró una asamblea sobre recortes de sueldos y despidos durante la cual un grupo de estudiantes llegó hasta el Rectorado y reventó la puerta de acceso, al tiempo que pedía la cabeza del rector; después, trabajadores y estudiantes decían comenzar un encierro en el salón de actos.

Lo de la Politécnica no es el único caso; está ocurriendo en otras universidades madrileñas. Cuando se mezcla reivindicación con fuerza bruta, el cóctel no el más adecuado en una democracia que nada tiene que ver con el estado del país en aquellos años de la revolución de las aulas. Ahora hay quien quiere una universidad a distancia del sentido común y de la realidad de las cosas.