Iñaki Zaragüeta

Valencia, capital del PP

Valencia se convirtió ayer en la capital del PP con motivo de la Intermunicipal que periódicamente celebra la organización popular, cuyo objetivo primordial se centra, más allá de las cuestiones relativas a diseñar la política en los Ayuntamientos, en ofrecer una imagen de unidad y cohesión con la vista puesta en las elecciones europeas de mayo. Como es sabido, la ciudadanía no suele aceptar a partidos con división interna. El presidente del PP valenciano y sus colaboradores llevan tiempo trabajando ese aspecto, pero también tienen su diana puesta en el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien por cierto llegó con bastante retraso al perder el AVE a la capital del Turia. Las malas lenguas hablaban de una supuesta intencionalidad para eludir el tsunami reivindicativo que se le venía encima.

Como estrella de esa contrariedad destaca lo que desde la Generalitat se denomina una injusta financiación, que impide taxativamente el cumplimiento del objetivo de déficit a pesar de ser la comunidad que más lo ha rebajado y más esfuerzo ha realizado. Así lo demuestran las cifras, por más que el presidente extremeño quiera enmascararlas. Los valencianos reciben 211,5 euros menos por habitante que la media nacional, 378 por debajo de Cataluña y 563 que Extremadura. Simplemente, con estos últimos números, la Comunidad Valenciana no tendría problemas de déficit. Más aún, acabaría los ejercicios con superávit.

Los considerados agravios –el último se ha consumado estos días al marginar a Valencia de las subvenciones al transporte público de las grandes ciudades: Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga– sorprenden al tratarse de la región que, junto con Madrid, es la que más votos aporta al PP. Sin ella, la victoria se presenta lejana, si no imposible.

En cualquier caso, la expectación se centra hoy en Mariano Rajoy, más que en el contenido político, en si hará público el nombre que encabece la lista a las elecciones europeas. Así es la vida.