Miguel Ors
Villar, que no te tiemble la mano
L23 Cardenal
El estadio de Elche, de nombre Martínez Valero, ha brindado a toda España una ética y estética lección con su ovación de admiración a Isco cuando fue sustituido por Ancelotti. Hasta el comentarista de la televisión glosó el lance con incontenida sorpresa. Eso tan bello deportivamente que nos ha regalado la afición ilicitana es lo que hay que destacar con letras gordas. Claro que, desgraciadamente, rara vez es noticia sobresaliente lo blanco, lo limpio, lo caballeresco; siempre, lamentablemente, es noticia lo contrario: la zafiedad del insulto o la exhibición de pancartas cerriles. Si yo fuese el secretario de Estado para el Deporte, si yo fuese el «hacendista» y «tebista» Miguel Cardenal, habría ya enviado un telegrama o «guasap» de felicitación a la afición de Elche, a la ciudad. ¿Se le ha ocurrido?
X25 Boxeo y fútbol
Lo pasé bien ayer. Boxeo –antes del partido entre el City y el Barcelona– en el Debate sobre el estado de la Nación. El veterano Mariano Rajoy contra la joven promesa Pedro Sánchez. El fogoso Sánchez le soltó sorpresivamente a Rajoy, de pronto, el directo de que «hay que hacer y no decir», y Rajoy, con ironía celta, le replicó con este «uppercut»: «No vuelva usted aquí a hacer y decir nada». Resultado objetivo del combate: Rajoy, guste o no a la parroquia socialista, ha hecho en los últimos años cosas importantes, amén de decirlas. La más «mágica»: impedir el «rescate» de España. A Sánchez, poco socrático y bastante demagógico argumentando, le faltan todavía hervores dialécticos.
Al que le sobran hervores de magia futbolística es al Barça de Messi, y digo Messi y no Luis Enrique. Ganar en un estadio inglés nunca es fácil. El futbolista inglés pelea siempre hasta la extenuación, singularmente cuando va perdiendo. El 1-2 del Barça de Messi se comenta en la prensa británica con música celestial: «Gran equipo el Barça de Messi, Barça al que engrandece el admirable Messi».
J26 Discípulo
Al mal tiempo del casi sorpresivo resultado de Leverkusen (1-0), la buena cara de Simeone. «Me voy contento. Siento que tenemos vida». Otra de las vitales cualidades del argentino es que no hay chuzo de punta que erosione el vigor de su ánimo. Suya es también esta frase: «Me gustan los equipos en los que los divos juegan como obreros y los obreros, como divos». Está claro que su «discípulo» Schmidt, entrenador del Bayer, ha superado al profesor Simeone, al menos esta vez. El Bayer corrió más y con más velocidad, fue más pegajoso que las moscas insoportablemente pegajosas y, embistiendo, era una manada de miuras cabreadísima.
–¿No será que el entrenador del Bayer, hoy, ha sido Simeone y el del Atlético, Schmidt?, bromea mi amigo Hernán San Pedro.
V27 Violencia
Yo no soy, como Cayo Lara, un Don No ideológicamente genético. No soy negativo, soy racionalmente optimista. Creo en el optimismo. No creo, sin embargo, en los seres violentos, ni en los seres desintegradores. Y repruebo, por anticonstitucional tolerancia, que se disculpe lo indisculpable. Artur Mas es un ser desintegrador y anticonstitucional; no obstante, ahí está todavía: con vida política, políticamente ejerciendo. ¿Por qué? Los ultras del fútbol son también seres desintegradores y anticonstitucionales. Aborrecibles. Lo sé: los clubes no siempre son culpables de los desafueros incívicos, pero a veces toleran lo intolerable. O cierran los ojos. O reaccionan tarde. Educar es no ser tolerante ni magnánimo con el violento, con el cafre, con el que genera desarmonía social. Ángel María Villar: que no te tiemble la mano.
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