Ely del Valle

Y Albert sigue en el limbo

La Razón
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Reunirse no es claudicar, lo que significa que Ciudadanos sigue instalado en la ambigüedad del sí pero no al que le obliga su pertinaz discurso sobre la nula idoneidad de Rajoy para volver a encabezar un gobierno. Otra cosa distinta sería que Rivera se aviniera a negociar qué parte de su programa están dispuestos a asumir los populares, o incluso, qué porción del futuro gobierno estarían dispuestos a cederle, tal y como al parecer hizo con el PSOE.

En ese caso, Ciudadanos y su líder tendrían que dar marcha atrás en muchas de las cosas que todavía mantienen, pero tal y como dije sobre Pedro Sánchez, es mejor que te pongan a caldo por conseguir que parte de las políticas que consideras beneficiosas para el conjunto del país se lleven a cabo, que criticar desde la bancada de la oposición que nadie las aplique...

Rivera tiene la oportunidad de poner su programa sobre la mesa y negociar dejándose ya de pudores absurdos sobre los sillones. Siempre podrá hacer más por sus votantes desde una vicepresidencia que desde un escaño pelado; conseguir más haciéndose con unos cuantos ministerios que diciendo lo que haría si los tuviera; demostrar más asumiendo responsabilidades que manteniéndose al margen.

Es su oportunidad de contribuir de una manera directa a sanear las instituciones y de demostrar que las divisiones ideológicas lejos de ser un obstáculo pueden enriquecer un gobierno.

Hasta el momento, lo que sabemos del presidente de Ciudadanos, a parte de que es un hombre educado que va dónde le invitan, es que hay unos cuantos millones de ciudadanos que confían en sus políticas. ¿No merecería la pena aguantar las críticas personales por cambiar de opinión si con ello se contribuye no solamente a que haya un gobierno sino a que haya un gobierno mejor?. Seguramente que en algún momento él también se lo ha preguntado. Y si no lo ha hecho, debería empezar a planteárselo.