Ely del Valle
Y Pedro volvió a decir no
Ninguna novedad. Nadie esperaba que Sánchez le dijese amén a Rajoy a la primera de cambio. Ni siquiera se lo dirá a la segunda porque lo que se ha propuesto el líder de los socialistas es evitar a toda costa ser el único candidato que ha salido de una sesión de investidura sin ser investido. Necesita imperiosamente que Rajoy pase por el mismo trance, y por eso, si no hay un primer intento fallido, no habrá abstención.
Tal y como están las cosas –y tal y como le ha ido hasta ahora al PSOE– lo lógico es que Sánchez pasara por el aro de escenificar un intento de negociación, que es algo que además le permitiría justificar una negativa final porque siempre habrá puntos sobre los que los populares no podrán agachar la barbilla sin abdicar de sus principios.
Sin embargo, Pedro sigue negando sin otro argumento que el miedo a que Podemos le coma la tostada. Pudiendo conseguir que su máximo rival tenga que gobernar asumiendo gran parte de sus postulados, prefiere pasarse la legislatura bramando porque no se llevan a cabo. Pura incongruencia que no hace mas que demostrar que primero está él y después, el resto. Y en eso va a quedarse hasta que no vea a Rajoy masticando serrín desde el estrado y bajando, como tuvo que hacer él, sin galones y coronado de espinas. Si el candidato accede a pasar la primera estación del Vía Crucis es posible –sólo posible– que después se aviniera a estudiar una abstención vía consulta a sus militantes, que es la manera de quitarse responsabilidades de encima. Si no, no va a haber ni Felipe que le haga bajarse de un burro que nos conduce hacia unas terceras elecciones y que, como se descuide, pueden convertirse, como le sucedió a su santo patrón, en un tercer canto del gallo que le haga arrepentirse de tanta negativa absurda y cansina.
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