César Vidal

¿Y por qué no Italia?

El Gobierno griego ha enarbolado en los últimos días una amenaza que no es nueva, la de obligar a Alemania a pagarle indemnizaciones por la ocupación a que fue sometido el país mediterráneo durante la Segunda guerra mundial. Se considere o no razonable tal pretensión, lo cierto es que puestos a pedir, Grecia debería exigir ese pago antes que a nadie a Italia. Me explico. A mediados de 1940, el dictador fascista Benito Mussolini se encontraba más que mortificado por las victorias del III Reich. Hitler había entrado en la Historia después de él, pero se le había adelantado y en esos momentos no sólo había derrotado a Francia y a otra media docena de naciones europeas sino que incluso se había permitido ejercer un protectorado sobre Rumanía, un país que Mussolini consideraba feudo propio. Deseoso de dejar de manifiesto su importancia, Mussolini decidió invadir Grecia y el 28 de octubre de 1940, lanzó sobre ella su ejército. La superioridad italiana era innegable, pero el 4 de noviembre, los griegos ya estaban recuperando territorio ocupado y el 9, detuvieron a los invasores en el río Kalamas. Para el 13 del mismo mes, las fuerzas helenas habían provocado la retirada italiana hasta la frontera. Los italianos incluso llegaron a contemplar cómo los griegos conseguían penetrar en la Albania controlada por Mussolini. El 6 de abril, enfurecido por el fracaso italiano, Hitler invadió Grecia retrasando la ofensiva contra la Unión Soviética. Aunque los griegos combatieron encarnizadamente – Churchill diría que, en adelante, no se diría que los griegos habían combatido como héroes sino que los héroes combatían como griegos – la Wermacht acabó imponiéndose. La ocupación subsiguiente no fue, sin embargo, alemana sino italo-germana. De hecho, las islas del Dodecaneso sólo padecieron a las fuerzas de ocupación italianas. Ciertamente, los alemanes deportaron a los judíos –sefardíes, por más señas– hacia la muerte, pero no fueron los únicos ocupantes. ¿Por qué no pide entonces el Gobierno griego indemnizaciones a Italia? La respuesta salta a la vista. Ni Italia está en situación de enfrentarse con esa pretensión ni su peso en el seno de la UE es como el de Alemania. Nos hallamos, pues, no ante una reivindicación justa sino ante una muestra de oportunismo político que pretende que el peso de la culpa lleve a Alemania a flexibilizar su postura frente a Grecia. Vana ilusión. Raro será que, como en 1941 y con todas las diferencias que se deseen, los alemanes no vuelvan a imponerse a los griegos.