Yo, Leonor

No sé si me vieron, pero estuve en el campo del Atleti. Le dije a mi padre «papi, creo que ya es hora de que me haga mayor. Llévame a un sitio donde la gente cante un himno como si lo llevaran grabado a jierro, ya que el de España me parece a mí que verdes las han segao». Así que mi padre, que es abrir yo esta boca que Dios me ha dao y se deshace, me contestó tate, y ahí que aparecí yo en el Calderón. Hombre, tampoco les voy a negar que es por ver a Koke. Mi hermana dice ahora que, si quiero, me deja a Saúl que se ha puesto de moda, pero yo estas tontunas de cambiar de novio cada dos por tres las veo para estos parientes que tenemos en Mónaco y que eso es Sodoma y Gomorra. Dónde va a parar cómo somos nosotros que es que no se puede aguantar lo formales que somos. Bueno, a días. A lo que iba, que mi hermana es que está por Vietto, que lo ha mirado en un cromo y dice que es mu mono. Que es lo que yo le dije pues no te arriendo las ganancias que el Cholo no lo saca ni a tiros. Me tocó Cerezo cerca en el palco y se lo pregunté, pero me parece a mí que estaba más pendiente del escote de la azafata que estaba custodiando los bocadillos que de la alineación, la verdad. Hombre, si Vietto tuviera una hermana con muslamen, otro gallo le cantaría. Me sentaron al lado de Del Bosque y como me he hecho del Atleti le pegué una turra que para qué. «Una cosa le voy a decir: aquí se le ha insultado a Vd por no llevar a José Antonio Reyes por no llevarle a la Selección pero que sepa que yo no fui. Eso sí, o me cuida Vd a Juanfran, a mi Koke, recupera a Torres, convoca a Saúl y de paso llama a Raúl García o lloro. No se lo tome como una amenaza. Es un consejo». Voy partido a partido a la corona, y aguantando el asedio.