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V de Viernes

Contaminación por metales

Polucionan los cultivos, afectan a la biodiversidad, ponen en peligro el agua y atentan contra la seguridad alimentaria

La contaminación por metales pesados es de las más peligrosas, y también de las más desconocidas, siendo habitual en las grandes ciudades. Mil cuatrocientos millones de personas viven en zonas contaminadas por arsénico, cadmio, cobalto, cromo, cobre, níquel y plomo en todo el mundo. El plomo, por ejemplo, es un veneno acumulativo, que afecta a miles de personas, algunas por actividad profesional (soldaduras, etc), y otras por derivados del uso de tuberías preexistentes, pinturas o combustibles en países subdesarrollados. En dosis pequeñas, puede producir síntomas similares a la gripe, que al principio pasan inadvertidos porque se relacionan con otras patologías. Pero aún en niveles bajos, el plomo acumulado afecta a la inteligencia, la capacidad de concentración, la coordinación motora y el lenguaje. Puede dañar riñones, hígado, corazón y el sistema nervioso. Y provocar situaciones de parálisis, ceguera, desórdenes mentales, esclerosis múltiple o locura. Por eso está considerado el peor elemento contaminante después de la radiación. El problema es que es abundante en el aire de algunas ciudades, con el resultado de que es frecuente encontrar a personas que albergan en su cuerpo más plomo del que es compatible con la salud. Los niños son capaces de absorber más que los adultos. Detrás de algunos problemas de adaptación escolar hay a veces intoxicación plúmbea, que se fija en los tejidos esqueléticos e impide la producción de glóbulos rojos. Muchos dolores y ataques articulares diagnosticados como poliartritis reumatoide son debidos al plomo. Incluso se ha llegado a caer en el error de diagnosticar de esquizofrenia a quien en realidad sólo sufría un envenenamiento por plúmbeo.

Todos deberíamos hacernos análisis de metales, pero casi nadie se los hace ni los médicos los prescriben. En un laboratorio especializando en este tipo de analíticas, a través del cabello, me dijeron que es extraño encontrar a personas que no de positivo en algunos de los test o muestras que se extraen para detectar de acumulación de metales pesados, siendo muy frecuentes las de mercurio, por la afectación a determinadas especies de peces grandes. Pero no son infrecuentes las de aluminio (utensilios, aditivos, sprays, medicamentos,), cadmio (fertilizantes, plásticos, tabaco), cobre (polución de automóviles, tuberías, utensilios, tabaco, medicamentos), y también arsénico, cobalto, cromo, níquel y otros.

La contaminación por metales tóxicos está omnipresente en los suelos de todo el planeta, afectando a más del 14 %. En la tierra, los metales pesados persisten durante décadas, reduciendo el rendimiento de los cultivos, dañando a la biodiversidad y poniendo en peligro la calidad del agua y la seguridad alimentaria por bioacumulación en los animales de granja. El cadmio es el metal pesado más extendido en los suelos del planeta, seguido de níquel, cromo, arsénico y cobalto, en parte por actividades derivadas de la minería y la industria.

El problema es la falta de conciencia, el gran desconocimiento que hay sobre la contaminación por metales pesados, ausente de manera habitual en las analíticas de hospitales y consultas.