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Big data

El continuo éxodo rural tensiona el mercado inmobiliario

A lo largo del siglo, Teruel ha visto reducida su población en un 49,2%, Soria en un 44,3% y Zamora en un 41,8%

La población española se ha multiplicado por 2,29 en poco más de un siglo. Entre 1920 y 2024 ha crecido desde los 21.388.551 habitantes a 48.946.035 habitantes. El aumento ha sido de 27.577.484 habitantes de derecho. Y eso a pesar de dos bruscos recortes de población, el ocasionado por la Guerra Civil de 1936 a 1939 y la COVID-19 especialmente entre los años 2020 y 2021. Con una mortalidad de 540.000 por la guerra y 175.000 casos por la pandemia, y reducción de la natalidad en 576.000 y 43.000 nacimientos, respectivamente.

Doce de las 50 provincias españolas han tenido pérdida de población entre el censo de 1920 y el de 2024. Encabezan la clasificación Lugo y Orense, con una caída de 191.850 y 161.101 habitantes. Les siguen Teruel y Zamora, con 129.803 y 121.712 habitantes. A continuación Soria y Ávila, con descensos de 70.586 y 66.486 empadronados. Tras ellas Huesca y Palencia, con retrocesos de 41.608 y 36.768 habitantes. A continuación Cáceres y Segovia, con 22.618 y 20.579 habitantes menos, y cierra el déficit poblacional del último siglo Salamanca, con un saldo negativo de 14.529 habitantes.

Por autonomías, Galicia encabeza el listado, con una caída de 352.951 habitantes en esas dos provincias, seguida muy de cerca por Castilla y León, con 330.660 habitantes menos en sus seis de nueve provincias. Aragón es la tercera región con provincias con más pérdidas, cae en 171.411 habitantes. En cuarto lugar Castilla-La Mancha registra la caída de 90.997 en Cuenca y Extremadura es quinta con el descenso de 22.618 registrado en la provincia de Cáceres.

Pero a pesar de las magnitudes cuantitativas tan importantes en las provincias citadas de Lugo, Orense, Teruel, Zamora, Cuenca, Soria y Ávila, que acumulan entre las siete el 85,9 por ciento del despoblamiento, hay que fijarnos también en el porcentaje de habitantes perdidos a lo largo de estos cien años. Así, en porcentaje, Teruel ha visto reducida su población en un 49,2 por ciento, Soria en un 44,3 por ciento y Zamora en un 41,8 por ciento.

Big Data: La España vaciadaTania NietoLA RAZÓN

Este impacto ha sido el caldo de cultivo para la aparición de plataformas y partidos políticos reivindicativos, conocidos como la «España vaciada»; los dos ejemplos más paradigmáticos son los de Teruel Existe y Soria Ya, ambos cuentan actualmente con tres parlamentarios en sus asambleas legislativas regionales. En el caso de Teruel Existe, formado en 1999 a partir de varias plataformas de la provincia, llegó al Congreso de los Diputados en las elecciones de 2019 al ser el partido más votado de Teruel. Tomás Guitarte fue designado Diputado y sus correligionarios Joaquín Egea y Beatriz Martín, senadores. Tras apoyar la investidura de Pedro Sánchez, en las siguientes elecciones generales el partido perdió el escaño. Otras formaciones que enarbolaron la bandera de la «España vaciada» han sido, con menos fortuna electoral, Por Ávila, Más Cuenca o Zamora.

La escasa natalidad, envejecimiento, altas tasas de defunciones y la emigración son las claves del declive demográfico de la España Vaciada, que como hemos visto se concentra en el interior peninsular y en el este de Galicia. Este descenso en la población afecta a los precios de la vivienda, que los baja por debajo de la media nacional y la escasez de mano de obra dificulta la contratación para crear o ampliar nuevos negocios. La calidad de la red de internet y la cobertura móvil también es un reto para los que optarían por el teletrabajo. La falta de servicios, escuelas, sanidad, transporte público, comercios, bares, etc... Ahonda aún más la crisis de subsistencia de la España Vaciada.

La concentración de la población en determinas provincias y ciudades hace que se dispare el precio de la vivienda por la falta de construcción, principalmente por motivos políticos que quieren impedir el crecimiento económico y el avance de la sociedad. En estas cinco autonomías que hemos visto con provincias deficitarias en población, la falta de presión sobre la vivienda disponible hunde los precios. Vemos así cómo Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León, ocupan los tres puestos más bajos de precio de la vivienda. No les siguen de lejos Galicia y Aragón.