Francia

El paro comienza a ceder

Que en un mes tradicionalmente malo para el empleo se haya registrado la mayor caída del paro de toda la serie histórica –14.688 desempleados menos– es una noticia buena en sí misma, pero que, además, confirma la tendencia de crecimiento económico sostenido que ya venían apuntando el resto de los indicadores. Y quienes aducen, con cada dato positivo del mercado laboral, que se trata todavía de avances modestos y que una parte del nuevo empleo creado presenta un exceso de temporalidad deberían reconocer que el esfuerzo hecho por la sociedad y las acertadas reformas impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy han conseguido lo más difícil: asentar unas bases sólidas para la recuperación de la crisis. Tarea que se ha llevado a cabo en medio de las tensiones financieras provocadas por el miedo a una segunda recesión internacional, de las dificultades económicas sobrevenidas a dos de nuestros principales clientes –Alemania y Francia– y, todo hay que decirlo, del ambiente político enrarecido por las denuncias de corrupción y el desafío separatista de los nacionalistas catalanes. Ahora cabe esperar que esa nueva «alineación de planetas» a la que se refería ayer el ministro de Economía, Luis de Guindos –que concretaba en el aumento de los niveles de competitividad por la bajada de los costes laborales y la simplificación administrativa, en el descenso de la cotización del euro, que favorece a España, y en la reducción en los precios de la energía–, consiga acelerar el ritmo del crecimiento por encima de las previsiones, a veces excesivamente cautas, del Gobierno. Porque, incluso en un escenario de turbulencias presupuestarias en Francia e Italia, la nueva regulación bancaria europea y la intención declarada del presidente del BCE, Mario Draghi, de operar financieramente para combatir el riesgo de deflación acabarán por reactivar el crédito a familias y empresas, como ya viene sucediendo, estimulando el consumo interno español. Prueba de lo que decimos es que ha sido el sector industrial el que ha contribuido significativamente a la creación de empleo en este mes de noviembre pasado, con la construcción, por primera vez desde el estallido de la burbuja, en tasas laborales positivas. Coyuntura favorable que ha permitido al Ministerio Economía y Competitividad revisar al alza las previsiones de creación de empleo hasta los 800.000 nuevos puestos de trabajo al finalizar la legislatura, cuando en la última actualización del cuadro macroeconómico sólo se consideraba un incremento de 620.000. En definitiva, hoy, la Seguridad Social tiene 402.209 afiliados más que hace un año y la contratación indefinida ha crecido un 25,05 por ciento interanual. Cifras para la confianza, que demuestran que lo más difícil ya está hecho.