Mariano Rajoy fue certero en el diagnóstico

A tenor de las declaraciones de los líderes políticos en vísperas de la última ronda de consultas que mañana emprende el jefe del Estado, parece un hecho asumido que el próximo 2 de mayo se procederá a la disolución de las Cortes y a la convocatoria de nuevas elecciones. Asistiremos –ya lo estamos haciendo– al cruce de acusaciones entre los distintos protagonistas, que tratarán de endosar al rival político la responsabilidad del fracaso; pero, en un ejercicio de realismo, todos deberían reconocer que el presidente del Gobierno en funciones y candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, fue siempre certero en el diagnóstico y nunca ocultó que las matemáticas electorales sólo dejaban dos opciones posibles: el Gobierno de gran coalición PP-PSOE-Ciudadanos o un frente popular de izquierdas, con la inclusión de los partidos independentistas. Quienes ahora le acusan de «miopía política» ignoran deliberadamente la cronología de los hechos, sin duda cegados por su propia propaganda, y no deberían ofenderse si desde el PP y Podemos se describe el acuerdo de Pedro Sánchez y Albert Rivera como simple «postureo». Sólo, insistimos, había dos caminos. Así lo ha demostrado el tiempo, aunque perdido.