Brexit

May: Más dificultades que oportunidades

La Razón
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El encargado de liderar las negociaciones del Brexit por parte de Reino Unido, Michel Barnier, dijo ayer tras su primera reunión en Buselas que él es como Winston Churchill, un «optimista» que ve la «oportunidad en la dificultad». Lo cierto es que hay que ser muy, muy optimista, casi un iluso, para mantener la presencia de ánimo en un momento como éste, cuando la identidad británica atraviesa su peor crisis en siglos. En realidad cuesta pensar en algún motivo para que Londres albergue alguna esperanza en el corto plazo. La salida de la UE será de todo menos beneficiosa o fácil para los británicos, cuya primera ministra, Theresa May, está totalmente debilitada tras su fracaso electoral y con una contestación social in crescendo tras el terrible incendio de Londres y la cadena de atenteados yihadistas. En honor a la verdad, hay que señalar que May no tenía ningún plan para ejecutar el Brexit antes de adelantar las elecciones, pero su fiasco se lo ha puesto todavía más difícil. Tampoco ayuda la negligencia de los Servicios Secretos en la prevención de los ataques del Estado Islámico ni el empeoramiento de las relaciones con EE UU, su gran valedor transatlántico. Entre los errores propios y las desgracias sobrevenidas, May lo tiene muy negro para enderezar el rumbo. El último atentado, éste de signo antimusulmán, ha añadido aún más caos a una situación ya de por sí ingobernable.