Pedro Sánchez, fin de la cita

Sin que sea posible descartar que la situación personal del candidato socialista, Pedro Sánchez, le lleve a firmar un pacto suicida con Podemos y los separatistas para alcanzar la presidencia del Gobierno, ayer asistimos al final abrupto del juego de apariencias y postureos que ha mantenido a España paralizada políticamente. Al «fin de la cita» de Sánchez, parafraseando al presidente del Gobierno en funciones. Porque, incluso, los más acérrimos detractores de Mariano Rajoy deberían reconocer que si en estos largos meses ha habido un líder que se ha ajustado a la realidad que imponían los hechos, sin poses voluntaristas ni mentiras instrumentales, ha sido el presidente del Partido Popular. Tampoco deberían Pedro Sánchez y Albert Rivera transferir su responsabilidad en el reiterado fracaso a Pablo Iglesias que, como es notorio, nunca ha cambiado las condiciones para respaldar la investidura del candidato socialista, en una estrategia legítima que puede darles réditos entre la izquierda. Entramos, pues, en la recta final hacia el adelanto de las elecciones, a menos que el PSOE renuncie a su exclusión sectaria del centro derecha y se avenga a aceptar la mano tendida de Mariano Rajoy, reconociendo que es el que ha ganado las elecciones.