Crisis en Podemos
Podemos: el espectáculo no puede continuar
En el discurso fundacional de Podemos pronunciado en Vistalegre, Pablo Iglesias afirmó que «el cielo no se toma por consenso, se toma por asalto». Ahora, a dos meses de Vistalegre II, el debate en Podemos se ha intensificado y el enfrentamiento entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón cumple ese guión que trazaba Iglesias. Su lucha es terrenal, más visceral y explícita que nunca. Algo que se extiende a los partidarios de uno y de otro. La reciente batalla de Madrid ha sido buena prueba. Llegados a este punto, todos se han quitado la careta de «compañeros». Si el pasado jueves 338 cargos afines al «número dos» de la formación morada firmaban un manifiesto en el que reclamaban que se votara por separado las ideas y los cargos, la respuesta de Iglesias no se ha hecho esperar. El secretario general del partido ha respondido a Errejón en una carta en un diario gratuito: «No me puedes pedir que desvincule mi papel como secretario general de mis ideas». Y así las cosas, el desencuentro sube enteros. De aquí a dos meses, y de seguir con estos pescozones dialécticos, cuando se celebre el cónclave morado, las posiciones estarán tan enconadas que será difícil tender puentes. La «telenovela» –Errejón dixit– llegará a su fin y todos, unos y otros, estarán listos para la escisión. Al tiempo.
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