Bruselas

Puerta abierta a la inversión

La Comisión Europea planteó ayer «algunas discrepancias» respecto a las previsiones económicas del Gobierno para el ejercicio presupuestario de 2015, expresando su temor de que España no pudiera cumplir con el déficit del 4,2 por ciento establecido en el pacto de estabilidad. En consecuencia, Bruselas solicita a Madrid nuevas medidas de ajuste financiero. Sin pretender descalificar las cuentas del comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, pero en sintonía con la respuesta del ministro de Economía, Luis de Guindos, no creemos que haya de darse a las indicaciones de la Comisión más valor que el de ser un recordatorio de oficio de la importancia de no bajar la guardia en el proceso de saneamiento financiero acordado por el Eurogrupo. Sin embargo, frente al exceso de cautela de los analistas comunitarios, los datos que presenta la economía española son mucho mejores de lo que Bruselas previó al marcar los ritmos de ajuste y están muy por encima de socios como Francia, Italia y Bélgica, países que han sido puestos bajo vigilancia por la Comisión y a los que se ha pedido que corrijan urgentemente sus previsiones contables. De hecho, precisamente ayer, la prima de riesgo española se apuntaba un hito histórico con la cotización del bono a diez años por debajo del 1,8 por ciento, algo inédito y que confirma la confianza de los mercados en la positiva evolución de nuestra economía. Con estos buenos datos, que serán aún mejores si se mantiene el tipo de cambio y el descenso de los precios de las materias primas, el Departamento que dirige Luis de Guindos ha hecho una nueva presentación a los inversores internacionales de la estrategia de política económica y previsiones de financiación, que relaja el esfuerzo requerido para cumplir con el ajuste presupuestario previsto. El documento, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, reduce de 50.300 millones de euros a 43.000 millones el recorte de gasto para el periodo 2014/2017. Una parte se obtiene de la disminución del pago de los intereses de la deuda, con un ahorro para las arcas públicas –sólo en el presente ejercicio– de 7.300 millones de euros, y el resto del incremento de los ingresos fiscales, consecuencia de la reactivación económica, con tasas del 4 por ciento. Referidas únicamente al IVA, se elevan hasta el 8 por ciento, gracias al despertar del consumo interno. Éstas son las cuentas de un país al que hace poco más de dos años todos los analistas, incluidos, por supuesto, los expertos de la Comisión Europea, señalaban como abocado inevitablemente a un rescate financiero. Hoy, sin embargo, de las grandes economías de la zona euro somos los que más crecemos. Por eso, es posible defender las propias previsiones frente a las reticencias de Bruselas. De la misma manera que no fue preciso el rescate, cumpliremos con el déficit.