¿Y si Iglesias es el arma contra los barones...?

Por sorpresa y en plena negociación de los presupuestos regionales, Podemos ha decidido romper el pacto de legislatura que había firmado ante notario con el PSOE castellanomanchego. Lo endeble de las excusas, el momento en el que se produce el anuncio –tras el batacazo electoral de Pedro Sánchez en Galicia y el País Vasco– y las declaraciones en tono amenazador de uno de los principales dirigentes de la formación morada, Pablo Echenique, advirtiendo de que están en continua revisión los pactos firmados en Extremadura y Aragón, han dado pábulo a todo tipo de especulaciones, incluso a las que hablan de que estaríamos ante una maniobra interna de la actual dirección de Ferraz contra los barones críticos –Emiliano García-Page, Javier Lambán y Guillermo Fernández Vara militan con entusiasmo en el frente anti-Sánchez–, a los que se pondría ante la incoherencia de su posición: gobernar gracias a Podemos, pero rechazar un pacto con Pablo Iglesias para llevar a Pedro Sánchez a La Moncloa. La tesis de una conspiración interna en la que Pablo Iglesias haría de colaborador necesario e interesado puede ser atractiva, pero no se sostiene en la menor prueba o, siquiera, indicio. Al fin y al cabo, si en algo se ha destacado Pablo Iglesias es en su habilidad para desestabilizar al PSOE.