El PNV pierde su oportunidad

Tuvo la ocasión al alcance de la mano. El PNV tenía ambición –incluso pasando por encima de aquellos otros nacionalistas que durante decenios marcaron el destino económico de España–, pero al final, reculó. Y eso que las ventajas fiscales y de inversión estatal que estaban en juego eran sustanciosas. No volverá a tener una ocasión similar. Las condiciones y los pactos cambian. Y el PNV, partido clave en tantas cosas pasadas, forma parte del pasado. Ese mismo tiempo sabiniano al que con tanta asiduidad tienden a mirar. El rechazo a firmar los Presupuestos Generales del Estado con el Gobierno, por aquello de que «tiene la vista puesta en Cataluña», no sólo obliga a Montoro a replantear las cuentas públicas. Las aleja de la influencia de Vitoria y propicia la entrada de otros actores. Quizá todo ello augura un tiempo en que los nacionalismos no sean decisivos.