La venganza más dulce y fría contra Unidas Podemos

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, reunió ayer a su plana mayor en uno de los momentos más críticos del partido, afectado por una sangría de lealtades extraordinaria en un contexto reincidente de desgaste electoral. El adversario está claro en un caladero de votos en la izquierda absolutamente atestado de opciones y alternativas y en la que ayer se presentó la CUP de propina en la circunscripción catalana. Iglesias necesita levantar ánimos y revitalizar el discurso en medio de la anomia general de sus huestes. Acusó a Más País de nacer para apuntalar el bipartidismo y procurar el «sueño plácido» de los poderosos. Sea o no así, entre las claves de la desbandada hay una muy singular, como es la identidad de la muñidora de la espiral transfuguista de siglas regionales y locales de Unidas Podemos a las listas de Más País. Se trata de Tania Sánchez, otrora miembro del círculo íntimo de Pablo Iglesias, cuyo distanciamiento personal acabó en ruptura política y luego aproximación y estrecha colaboración de Errejón. Su trabajo de mediación y persuasión con las confluencias ha sido clave y decisivo para restar círculos y sumar desleales. El resentimiento es un acelerante extraordinario en la combustión del adversario.