CGPJ

Un juez contaminado por su doble moral

Luis López Guerra no es un magistrado más en el Tribunal europeo. Convenció a sus seis compañeros de la primera instancia para que rechazaran la «doctrina Parot». Ahora, lo intenta en la Gran Sala. López Guerra, al que el PSOE le abrió la puerta del TC, del CGPJ y de la Secretaría de Estado de Justicia, es, sobre todo, militante socialista. Por eso, pudo apoyar medidas de gracia para Barrionuevo y Vera en el «caso de los GAL» en el CGPJ e integrar después el Gobierno que negoció con ETA. Para él, «las normas se interpretan en relación con la realidad social del tiempo en el que han de ser aplicadas». Así se explica que no tenga reparos morales en poner en la calle a numerosos etarras.