Tribuna

Existe otra forma de hacerlo

Por parte de nuestra clase política se nos ha venido vendiendo, en los últimos años, que la única forma de descarbonizar la economía y nuestras vidas es mediante la electrificación empleando sólo energías renovables

Permítanme que me salga del debate sobre la amnistía que ha tenido lugar estos últimos días en el Congreso para tratar acerca de «las cosas del comer» y hablar, en este caso, sobre la energía de la que depende la economía de nuestra moderna y desarrollada sociedad, porque sólo nos acordaremos de la barbarie que se está cometiendo en el campo energético cuando truene, aunque ya resuenan, a lo lejos, los truenos de la tormenta que nos alcanzará en el futuro.

Por parte de nuestra clase política se nos ha venido vendiendo, en los últimos años, que la única forma de descarbonizar la economía y nuestras vidas es mediante la electrificación empleando sólo energías renovables, para conseguir «ser verde» en todo lo que hacemos y producimos; parece que, si no se es verde, no somos sostenibles; sin embargo, conseguir una sociedad mas respetuosa con el ambiente puede hacerse con otra forma de actuar. Así, no es cierto que para ser verdes y sostenibles haya que apoyar, obligatoriamente, un sistema que contenga un 100% de políticas energéticas consideradas verdes. Por ejemplo, los Estados Unidos proponen y hablan de energías «bajas en carbono» y no de energías verdes y, con todo lo que vamos a tener que pagar en el futuro cercano a partir de esta investidura, a los españoles sólo nos faltaba tener que adoptar como políticas energéticas únicas posibles las denominadas verdes (eólica y solar), pues existe otro camino que también sirve para descarbonizar y es incluso más sostenible porque no produce emisiones G.E.I., tiene costes mas bajos, presenta una seguridad de suministro y contribuye a la estabilización y descenso de la factura eléctrica.

Los españoles y nuestra clase política no podemos estar en la Unión Europea apoyando a la energía nuclear, incluso mediante el otorgamiento de subvenciones a proyectos y nuevos desarrollos de esta tecnología (véanse los S.M.R. o reactores modulares pequeños), y mantener dentro de nuestras fronteras un calendario de cierre de las centrales productoras de energía eléctrica mediante la tecnología nuclear que constituye, cada día de nuestra vida, el 20% de la energía eléctrica que consumimos y, no tengan duda, es segura y eficiente (almacenamiento de residuos incluidos).

Cuando se vuelvan a desencadenar problemas geopolíticos con el suministro de gas natural licuado o canalizado deberemos recordar que «descarbonizar es desfosilizar», y cuando vuelva a subir el precio del gas y, por ende, de la factura eléctrica, deberemos recordar que el Gobierno en una decisión política ideológica y no técnica ( suprimir la energía nuclear), quiere mantener el gas en el mix energético porque es consciente de los problemas de inestabilidad en la red que provoca una alta penetración de renovables, cuando vaya eliminando progresivamente la energía nuclear.

Pero, ¿por qué nuestro Gobierno le tiene tanta «manía ideológica» a la energía eléctrica de origen nuclear? No existe, se lo puedo asegurar, ningún motivo técnico para ello, sólo es un sentimiento infundado o, como prefieran, un prejuicio. El problema es que, cuando en el futuro la energía afecte a nuestra «cartera», ya no tendremos la posibilidad de dar marcha atrás, la oportunidad es ahora y dejarla pasar condena nuestro futuro.

Ha hablado el Presidente del Gobierno en su discurso de investidura sobre la transición ecológica y ha empleado muchas veces la palabra ecologismo, pero ¿es ecologista cerrar las centrales nucleares y mantener el gas? Si el ecologismo es el cuidado del medio ambiente, deberían ustedes saber que NO. Por tanto, entre muchas otras cosas también habrá que levantar la voz para poner sentido común en la Política Energética española y ser coherentes con lo que hace Europa y el resto del mundo que están adoptando los SMR (Small Modular Reactors) como el futuro tecnológico energético. Yo siempre les digo a mis alumnos que ser ecologista es pedir las nuevas tecnologías energéticas, no pedir el cierre de una tecnología que NO contamina y que ayuda a la contención del calentamiento global y al mismo tiempo hace de contrapeso de otras tecnologías más caras, con seguridad de suministro mas incierta o con mayores emisiones a la atmósfera. La energía nuclear ayuda a todo esto y también a no incrementar la factura eléctrica de nuestros hogares y empresas.

Quisiera hacer una breve mención al papel de la neutralidad tecnológica en la descarbonización, ya que no todo es electrificable y se han de considerar otras opciones como los gases renovables, biomasa, energía solar térmica... podría resumirse que el futuro no es eléctrico sino ecléctico siendo preciso considerar todas las opciones sostenibles para resolver el trinomio energético, (seguridad de suministro, sostenibilidad ambiental y costes competitivos), que NO trilema como tanto se ha puesto de moda llamarlo, ya que trilema es elegir una característica por encima de las otras dos, mientras que lo que debe ser es que las tres características se den en igualdad de condiciones.

Como conclusión, el criterio técnico, debe desplazar a los posicionamientos ideológicos para afrontar con éxito la transición energética. No nos dejemos engañar, otro camino hacia la descarbonización es posible.

Yolanda Moratilla Soria es académica de número de la Real Academia de Doctores de España.