«De Bellum luce»
Feijóo no enseña sus «cartas»
En Galicia sorprendió siempre en la conformación de sus gobiernos, dicen que sorprendió «hasta al cuello de su camisa»
La nota de prensa de la presentación de la nueva fundación del PP circuló el pasado viernes entre los despachos del Ibex y las sedes de los principales bancos como si fuera el libro que escondía el tesoro de los nombres con los que convenía empezar a entablar buenos contactos de cara al futuro. Ahora la opción de un cambio de gobierno sí está en la mente de los «mandamases» de este país y todos quieren ser los primeros en tener lista y renovada la agenda para el día después de las elecciones generales.
Pero en esto puede pasarles que los esfuerzos por ponerse a bien con los señalados en el «think tank» del candidato a la Presidencia del Gobierno acaben en saco vacío porque los que están no sean los que lleguen a estar si Feijóo asciende a La Moncloa. De momento, lo que ha hecho el político gallego es echar a rodar la bola con la que quiere aplastar los enredos de los «fontaneros» de Sánchez para difundir entre los referentes del «poder económico» el mantra de que Feijóo no tiene equipo. Las primeras cartas están encima de la mesa, pero quien conoce al líder popular sabe que las cartas importantes se las suele guardar para el final.
En Galicia sorprendió siempre en la conformación de sus gobiernos, dicen que sorprendió «hasta al cuello de su camisa». Y ahora, en lo que está es en tantear y en hacer ruido con los ingredientes con los que quiere dar entidad al proyecto de mayorías con el que se presentará a las elecciones generales. Pero los importantes no están en la lista que con tanto afán se han repasado de arriba a abajo los señalados por el PSOE como los «malos» de la película. Así que, cuidado, no vayan a gastar agasajos que luego no puedan monetizar.
Hay quien, además, ya ha sido «tocado» y ha dicho que «de momento, no», que le vuelvan a llamar, si acaso, si hay que formar un gobierno. Y hay otros que se mueren de ganas por estar en la lista de ministros y se postulan para ello sin descanso y sin ser conscientes de que mirar hacia el pasado no es la guía que parece que ha seguido hasta ahora Feijóo cuando ha tenido que formar gobierno. La política es tan bipolar que hasta los «sorayistas» que participaron de la confabulaciones para cortarle las alas a Feijóo como sucesor de Rajoy, a fin de que la heredera fuera la entonces vicepresidenta, ahora se atreven a ir vendiéndose como gurús de confianza del gallego. Llamadas a Génova y llamadas también a la que se quedó sin alcanzar el trono.
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