Cuartel emocional

Giorgia y yo

Ha disminuido la entrada de sin papeles, menas y todas esas masas que nos entran por las Canarias y por Ceuta

Un querido amigo dice que Giorgia Meloni y yo nos parecemos. Puede que tenga razón, las dos somos rubias, no muy altas, ni gordas ni flacas, ojos claros, ideas claras y practicismo a tope, discípulas de William James y firmes tanto en nuestras convicciones como en nuestras decisiones. Liberales, discretamente conservadoras… en fin, correspondemos a un común boceto de persona y además blasonamos de ello sin ningún tipo de rubor o de arrepentimiento. Un monitor de gimnasia –ahora les dicen “coach”-, ante mi torpeza innata de movimientos, me decía que lo importante es el carisma, y eso siempre lo he lucido como bandera, que si bien la naturaleza no me ha llevado por el camino de los deportes, otras virtudes –pocas-, hay impresas en mi ADN. Creo que a Giorgia le ocurre lo mismo, y por eso el gallego Feijóo ha ido esta semana a recubrirse de ideas, a darse un baño de consejos y a aprender de la que sabe en esto de detener flujos migratorios: ella ha disminuido la entrada de sin papeles, menas y todas esas masas que nos entran por las Canarias y por Ceuta –ahora también por Baleares-, en un 68%. Nosotros hemos aumentado un 130%, estamos ya petados y no hay posibilidad de recibir un alma más, aunque a diario siguen llegando y llegando. Sánchez no va a preguntar a la Meloni qué hace ella para tener controlado el tema. Sánchez va a China a lucir palmito, y a reuniones de primeros ministros por aquí y por allá, porque está hueco, todo se lo hacen los 1500 asesores que tiene y que todos pagamos, y ahora está vacío también de legislatura, se ha quedado sin apoyos en las Cortes, es una torre que se ha venido abajo y que tiene ya un tiempo de poder agotado, porque no legisla, porque todas las leyes se le vienen abajo, se las tumban y así, por mucho que quieran reafirmarse en la poltrona él y sus lacayos, tipo Montero, Cuerpo o el fracasado Patxi López, le faltan los siete costaleros de Junts para aprobar los presupuestos. Así ha ocurrido con la multinacional del envase para alimentos, Tupperware, que se ha ido al traste cuando todo el mundo creía que era un coloso invencible. Todavía recuerdo el boom que supuso la venta de los “tuper” en reuniones de señoras: mi madre los compraba por decenas, y luego no había dónde meterlos, lo mismo que los robots de cocina, cosméticos y todo tipo de artículos que se pusieron de moda en aquel tiempo con ese singular método de venta, donde todas salían con mil cosas que no necesitaban.

Mientras tanto la carrera por la Casa Blanca continúa con una Kamala Harris que aventaja a Trump al tiempo que muchos republicanos dicen que este último no está capacitado para volver a la presidencia de los Estados Unidos. En ese sentido no podemos dejar de señalar que tampoco lo estaba Biden, y si nos descuidamos estaría ahora también peleando por el puesto. Ni los unos ni los otros tienen al candidato adecuado, así que, pase lo que pase, USA pierde.

CODA. Ahora resulta que Al-Fayed, el que fuera dueño de Harrod’s, era un violador de tomo y lomo. Hasta treinta y siete mujeres denuncian haber sido acosadas por el padre del famoso Dodi, novio de Lady Di, y todos nos hacemos la misma pregunta: ¿por qué no lo hicieron en su momento, cuando el empresario depredador estaba vivo?