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Hipótesis

Siendo fascistas, se les supondría ánimo de lucro de serie, pero la nueva reforma del Código Penal sería «extremistamente» compasiva con ellos

Pareciera poco útil argumentar políticamente mediante la premisa de: «¡Imagina si esto lo hace la derecha!». Si bien, puede que, si no ventajoso desde el punto de vista discursivo, sí resulta divertido imaginar situaciones dándoles la vuelta. Por ejemplo, pensar qué ocurriría si se produjese una revuelta violenta patroneada por unos misteriosos incendiarios de contenedores denominados «Tsunami-Iliberal Sección Húngara», que declarase la independencia del Cantón de Sierra Morena autoproclamando un Estado Ultraderechista sierramorenista, unido, pequeño y franquistoide. La deposición no se haría necesariamente en sede parlamentaria, sino verbigracia en el transcurso de una montería donde los parlamentarios revoltosos, con ropas de alta visibilidad que podrían servirles asimismo para ir a una fiesta de pastilleros, y en general maneras de vestir fascistizadas, con sus sombreritos impermeables comprados en Decathlon, declarasen la independencia y la firmasen con sangre en una funda blanda para rifles, que dejarían de testimonio para la posteridad. Pues bien, estos derechistas extremos, extremizados derechistas, disfrutarían hoy de circunstancias favorables, también extremas, que harían las delicias de sus abogados fachas, pues se verían beneficiados por reformas legales recientemente aprobadas que han eliminado el delito de sedición y rebajado el de malversación (la reunión tumultuaria se produciría gracias a ser financiada con las suculentas dietas que cobran diputados, eurodiputados y mandamases en general). Los ultraderechistas aprovecharían además para emular a Euskal Herria Bildu y reivindicar nuevas denominaciones de partidos, tales como España Vox (con permiso de Voxadé, perdón: Buxadé…), España PP, España Ciudadanos, etc. Siendo fascistas, se les supondría ánimo de lucro de serie, pero la nueva reforma del Código Penal sería «extremistamente» compasiva con ellos. Al fin, una barbacoa con fondos públicos no es para tanto. Al no existir sedición, todo quedaría en desórdenes públicos agravados (por no celebrar barbacoas independentistas «vegetarianas»)… Etc. O sea que tras hacer este ejercicio de ciencia-ficción política, sospecho que las reformas penales recientes no contemplan que los extremistas de derecha españolista puedan sublevarse nunca, sino que solo anticipan revueltas de izquierda extrema, o de nacionalistas derechistas ultraextremistas «no españolistas». Y da que pensar, oiga.