El buen salvaje

Los hombres

La campaña ha empezado por lo del género. De seguir así ni los amigos de cuarenta del presidente irán a votarles

Tiene que salir el Partido Popular, Núñez Feijóo a la cabeza, a subrayar a cada rato que, oigan, ellos no rechazan la expresión violencia machista o violencia de género en un movimiento siempre a la defensiva ante lo que barruntan Pedro Sánchez o Yolanda Díaz. Interesa que sigan viendo a la derecha digamos que moderada como una suerte de club de hombres fumando puros a los que no les gusta ese asunto más que para vender humo.

La vicepresidenta que no veta a nadie «porque no es su estilo» se está convirtiendo en lo que fue el ministro Morán, el de los chistes, de tanto meter la pata cuando habla. Se le nota mucho porque pronuncia tan despacio que nadie diría que a ese ritmo el léxico y la sintaxis se hicieran complicadas. Menos para ella, claro. Lo de deslegitimar a Feijóo por lo de la violencia machista, que no es del PP sino de Vox, se entendió bien que era un bulo de esos que, según Sánchez, inventa la derecha mediática desde sus grandes altavoces, pero que esta vez fue lanzado desde la SER. Están intentando que el mantra tome forma, pueda amasarse y devorado luego en forma sagrada por sus votantes.

Pero, Yolanda, ha sido Sánchez el que quiere revertir el discurso de Irene Montero porque unos amigos suyos de entre cuarenta y cincuenta se han sentido incomodados. Ya saben, nos han tomado a todos los hombres como maltratadores en potencia que enseñamos a las nuevas generaciones cómo ser un machirulo.

Son, tal vez el presidente no hable con ellos, los más jóvenes, sin embargo, los que más rechazo sienten cuando la ministra defenestrada, a la que no quieren ni en Sumar ni en restar, se dirige a la mitad de la población con ese tono de meterte en un campo de reeducación, que es marca de la casa, también de la casa de Yolanda; al cabo, teñirse el pelo de rubio, como buena parte de las españolas, no la incapacita para ser marxista. La campaña ha empezado por lo del género. De seguir así ni los amigos de cuarenta del presidente irán a votarles.