Tribuna

La importancia de la narrativa

Formación, preparación, educación y cultura, no la ideología política, son las armas para defenderte de ese control cognitivo, junto con el espíritu crítico y el criterio independiente

La importancia de la narrativa
La importancia de la narrativaBarrio

La realidad, lo que es o no real y cierto, o lo que se percibe como tal, es una herramienta muy utilizada en política. Palabras, ideas e imágenes generan los discursos sobre los que se vertebran las posiciones políticas e incluso se generan los conflictos. Una imagen parcial, elegida con intencionalidad y colocada en el momento y lugar adecuado, acompañada de incompleta información, tiene una fuerza inusitada por el impacto en la población y logra habitualmente los objetivos buscados.

El ser humano no es sólo racional, también es irracional siendo más accesible emocionalmente. Las imágenes, las narrativas, el relato, son por ello herramientas de persuasión política pues atienden simultáneamente a esa doble realidad; de hecho, se presentan como racionales, cuando en realidad acceden al ser humano desde su dimensión irracional, emocional.

Según Federico Aznar, una narrativa es una selección de hechos, realizada con mayor o menor exactitud, que supone un equilibrio entre realidad y ficción, y en el que se incorporan elementos racionales e irracionales. Es por ello un conjunto de ideas, no necesariamente falso, pero sí incompleto. Su función es hacer inteligible la realidad a través de una intencionada simplificación subjetiva.

Las narrativas no son racionales, sino emocionales; se construyen en base a percepciones pretendiendo expresar una realidad intuida sobre la promesa de una sociedad mejor. Las narrativas no describen la realidad, sino que la crean al antojo del que tiene o pretende el poder.

Las narrativas son líneas de razonamiento de tramo corto donde se ordenan los hechos o las ideas a partir de una premisa tenida como axioma, mientras deduce el resto con una coherencia que parece aparente, pero que en realidad no existe.

Por consiguiente, el relato, en tanto que sucedáneo de la ideología –ya que no enlaza tanto ideas como emociones– permite una aproximación completa al hecho que se describe. Pretende proporcionar una explicación de éste, pero rechaza todo aquello que quede fuera de la lógica que el mismo relato construye descalificando todo lo que se oponga al relato mediante el insulto o la cancelación.

El relato, en realidad, se fundamenta sobre la exclusión de otras opciones sobre las que deliberadamente guarda silencio. La clave de las narrativas se sitúa de este modo en su capacidad para imponer el silencio sobre determinadas cuestiones al promover otros debates y sobre todo controlar la agenda informativa.

De ello se deduce, a su vez, que la desinformación no se fundamenta necesariamente en las noticias falsas –no hace falta mentir cuando basta construir una historia sobre un retazo de realidad y presentarla como una lectura «alternativa»– sino que se encuentra más en relación con el control de la agenda informativa, en la prelación de las noticias y en los silencios. Controlando la agenda informativa se puede deconstruir la verdad y haciéndolo se deconstruye la sociedad dejándola inerme, y a merced de los controladores. Formación, preparación, educación y cultura, no la ideología política, son las armas para defenderte de ese control cognitivo, junto con el espíritu crítico y el criterio independiente. Dominio cognitivo es el nuevo espacio de combate de las Fuerzas Armadas, véase Ucrania o Gaza.

«Estamos sometidos a la producción de la verdad desde el poder y no podemos ejercitar el poder más que a través de la producción de la verdad», según Foucault. Y es que, quien tiene el poder tiene la verdad; y no es una cuestión menor, pues la recíproca también es cierta: la lucha por el significado de un término, su importancia y la verdad es, en el fondo, una lucha por el poder. Y, aún peor, no existe una sociedad sin una verdad compartida, luego una fractura de la verdad supone a la postre una fractura de la sociedad o, como poco, su debilitamiento y manipulación.

En este sentido, tanto las imágenes como las narrativas permiten obtener grandes resultados al influir en la conciencia emocional de la población. Una imagen, o una narrativa, son una explicación que parece completa y de una simplicidad extraordinaria que, por ello, resulta fácilmente asumible y difícilmente rebatible. Con ello manipulan a la opinión pública que, a la postre, es quien legitima las acciones del poder, de ahí su importancia.

Luis Feliu Bernárdezes general de brigada retirado. Academia de las Ciencias y las Artes Militares.