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Tribuna

Jueces: insistir en el error

Decir que gracias al sistema de Turnos vendrá el pluralismo a la Justicia daría risa si no ofendiese. Y ofende

Hace días hablé del proyecto de ley para regular el acceso a la condición de juez. Me referí al propósito de hacer jueces al millar de interinos que, sin acreditar conocimientos, ejercen como jueces y a los que se les quiere convertir en jueces profesionales mediante un examen de cartón piedra. Ahora toca la reforma de lo que era el Cuarto Turno, es decir, la posibilidad de ingresar en la Carrera Judicial sin opositar. Pero antes no puedo evitar dos comentarios, aplicables a todo el proyecto de ley cuyo objetivo es enterrar una Judicatura considerada nido de fascistas.

Lo primero es que, fiel a su ADN, historia y estilo, el socialismo tiene prisa. Si pensamos en el ahora «añorado» Felipe González recodaremos que allá, en 1985, para que no se retrasase la vigencia de la Ley Orgánica del Poder Judicial –causante del desprestigio de la justicia y de la politización del Consejo General del Poder Judicial– suprimió el recurso previo de inconstitucionalidad, el que permitía suspender la promulgación de las leyes orgánicas al impugnarlas ante el Tribunal Constitucional. Ahora vuelven las prisas y se ha reducido el plazo para presentar enmiendas. Al Gobierno le urge colocar en el BOE una reforma propicia tanto para mantenerse en el poder como si lo pierde: en este caso juega con la presunción de que un posible PP gobernante no revertirá ni esta ni otras leyes, para eso es un partido también fiel a su particular ADN, historia y estilo.

Y lo segundo que quería comentar es que ha elaborado un prontuario para hacer frente a lo que denomina «bulos» propagados contra su reforma por los jueces y fiscales, esos que mañana se manifestarán y que son la inmensa mayoría. Irrita que quien ha hecho de la mentira un estilo e instrumento de hacer política, se defienda acusando a los jueces de mentir. Y si hablamos de bulos, el primero es este proyecto de ley que se presenta como una iniciativa modernizadora cuando lo único que hace es insistir y expandir una política judicial fracasada, la que en 1985 instauró el ahora «añorado» Felipe González. Y es que, ante la Justicia, sanchistas o felipistas difieren muy poco y no conciben un Poder Judicial independiente, como tampoco que haya otras instancias que no puedan controlar.

Un proyecto basado en la mentira y lo es reformar el sistema de ingreso sin opositar pretextando que el sistema de Turnos ha sido un éxito. Basta conocer algo de la historia judicial para advertir que a lo largo de más de un siglo ese sistema –repito, ser juez al margen de estudiar y superar las oposiciones– es la crónica de paulatinos fracasos. Abandonado repetidas veces el pasado siglo, el ahora «añorado» González lo repescó: Tercer Turno para ingreso como juez y Cuarto, como magistrado. Fracasado, el Tercero se suprimió en 2004 y el PP, entonces gobernante, pudo eliminar también el Cuarto Turno y lo mantuvo; ¿sorpresa?, ninguna: los intereses mandaban.

Si había fracasado ¿por qué se reinstauró en 1985 y se quiere expandir en 2025? Habrá que recordar la inquina –no oculta– del socialismo hacia las oposiciones en las que ve un semillero de jueces conservadores; un prejuicio infundado, es más, algunos de los jueces que ahora le incordian proceden del Cuarto Turno. Y si esto es así ¿por qué se mantiene?, ¿por qué el PP no lo suprimió? Unos por esa inquina, otros por conveniencia, el caso es que no es una medida que atraiga a «juristas de reconocido prestigio» y lo que se presenta en el proyecto como algo «modernizador», que ha traído «magníficos profesionales» a la Justicia, queda en solución para quienes llegan al tope en su profesión de origen. Es una forma de promoción personal frente a los que se esfuerzan por opositar; un escarnio cuando esos «juristas de reconocido prestigio» no brillarán con luz propia, tendrán que superar un concurso-oposición e ir a la Escuela Judicial para aprender.

Esta reforma expande lo fracasado hasta el punto de prever ofertar plazas sin limite, llevarlo a la Carrera Fiscal y que sus agraciados ingresen con cinco años de antigüedad. Y todo esto ¿estaba en el programa electoral del PSOE?, pues no lo sé, desde luego sí el prejuicio: prometía «democratizar» el acceso a las «profesiones jurídicas» y la realidad es que el sistema de Turnos no pasa de una vía rápida de recluta, es más, si esta facilitación para ser juez es «democratizar» ¿por qué no se lleva a otras profesiones jurídicas? ¿Será –como decía ese programa electoral– que con este sistema se logrará que «nuestra Justicia sea más parecida a la sociedad diversa y plural de nuestro país»? Decir que gracias al sistema de Turnos vendrá el pluralismo a la Justicia daría risa si no ofendiese. Y ofende.

José Luis Requeroes magistrado del Tribunal Supremo