El trípode

León XIV, el Papa para este tiempo

Al igual que sus 266 predecesores en la cátedra, León XIV no es continuador ni de Francisco ni de ningún otro pontífice, sino de Pedro como primer Vicario de Jesucristo en la tierra

La elección de León XIV abre una nueva etapa en la Historia de la Iglesia, lo que no quiere decir que cambie de naturaleza, ni de misión, ni de programa, ni nada de cualesquiera de estas características aplicables a las instituciones de este mundo, y que son fundadas por seres humanos , sean éstas bien políticas, económicas, culturales, etc. La Iglesia fue fundada por Jesucristo, y ese hecho le otorga una excepcional singularidad no sólo respecto a instituciones temporales de ese tipo, sino también respecto a otras instituciones religiosas también cristianas -pero no católicas- como por ejemplo la fundada por Enrique VIII, la confesión anglicana; Lutero fundador de la protestante, etc etc. Es preciso recordar estas cuestiones para no incurrir en el demasiado frecuente error de opinar sobre la Iglesia con calificaciones que no le son propias, sino que lo son de esas otras realidades temporales. La Iglesia está gobernada por hombres, y como tales, están expuestos a las limitaciones y fragilidades naturales y espirituales propias de nuestra naturaleza, pero tiene la asistencia constante del Espíritu Santo y de la Madre de Dios que es también Madre de la Iglesia. Y esa asistencia parece clara en el hecho de que León XIV sea el 267 sucesor de Pedro como cabeza de la Iglesia « militante», que no aparecía en ninguna de las «quinielas de papables» al uso. Por tanto, al igual que sus 266 predecesores en la cátedra, León XIV no es continuador ni de Francisco ni de ningún otro pontífice, sino de Pedro como primer Vicario de Jesucristo en la tierra. Esa «continuidad» parecen querer destacarla no pocos medios que, por cierto, no suelen caracterizarse por un singular aprecio hacia los principios, valores y creencias propias de la doctrina católica. De hecho, su vestimenta al ser presentado como nuevo Papa sigue la tradición de casi todos los anteriores con excepción precisamente de Francisco. De la misma forma que ha elegido el título de León XIV , un Pontífice destacado entre otras muchas cuestiones por su encíclica Humanum Genus, considerada referencia indiscutible del magisterio pontificio en relación a la masonería, y su absoluta incompatibilidad con la fe católica. Igualmente merece destacarse que precisamente León XIII es el autor de la oración al Arcángel san Miguel, como príncipe de la Milicia Celestial para protegerse de la acción de Satanás y sus demonios, tras una experiencia mística que tuvo el 13 de octubre de 1884. Esa oración se rezaba al final de todas las misas hasta la reforma litúrgica posterior al Concilio ecuménico Vaticano II, y precisamente fue Francisco quien pidió fuera rezada al final del rezo del Rosario. León XIV: Papa misionero y agustino.